La Asociación Colombiana de Minería (ACM), realizó un balance acerca del impacto por las medidas sanitarias tomadas en el contexto de la pandemia de coronavirus en el sector minero colombiano.
La ACM anunció el uso de recursos nuevos de capital tanto para la construcción, el montaje y puesta en marcha de producción de proyectos mineros de oro y cobre. Estos están estimados en $ 5.000 millones de dólares, un valor aproximado de algo más de 18,8 billones de pesos para los próximos cuatro años. Esta sería la apuesta que tiene lista el sector minero colombiano para impulsar la reactivación de económica del país tras la pandemia por COVID-19.
Asimismo, la asociación indicó que estos recursos permitirán que el sector eleve su cuota dentro del PBI, pasándola del 1,84% al 2,6%.
Juan Camilo Nariño, quien es presidente de la ACM, explicó que se trata de los proyectos de Continental Gold, compañía que está finalizando la fase de construcción de la iniciativa Gramalote en San Roque, Antioquia. Este proyecto está enfocado en la extracción de oro.
Además, se une a los proyectos de oro de Minesa en California y Suratá, Santander; Quebradona (cobre en Jericó), Antioquia, a cargo de Anglogold Ashanti, y una iniciativa en Marmato, Caldas. Los tres últimos están en su fase de licenciamiento y, de acuerdo con las estimaciones de la agremiación, no solo traerían su aporte de inversión y de impuestos al país, sino que permitirán que Colombia se inserte por fin en las discusiones mundiales de los mercados de oro y de cobre, toda vez que en unos tres años la producción del país puede pasar de 1,18 millones de onzas a 2,62 millones de onzas.
Con estos proyectos se pueden generar 28.000 empleos directos e indirectos, más impuestos y regalías al año por unos 700.000 millones de pesos.
“Son inversiones mineras con un alto porcentaje industrial por las plantas asociadas para procesar estos minerales, y para extraer los concentrados, con complejos modernos y eficientes de las mejores calidades”, indicó el dirigente gremial. A su turno, en el caso del cobre, el salto sería mucho más grande, al pasar de 7,6 millones de toneladas en 2019 a 242 millones de toneladas en tres años.
“La minería es esencial si se requiere un mundo más limpio. No hay un carro eléctrico, una turbina eólica o un panel solar que no tenga desarrollos mineros detrás. Si queremos una matriz energética más balanceada, debemos apoyar la minería de cobre”, concluyó.