Con el objetivo de satisfacer el aumento que ha experimentado la demanda mundial de litio y el crecimiento que se proyecta a futuro, en el marco de la lucha contra el cambio climático, el Ministerio de Minería de Chile anunció una convocatoria pública nacional e internacional para la suscripción de contratos especiales de operación que desarrollen la exploración y producción de yacimientos del mineral en el país.
Al igual que el cobre, el litio es considerado un mineral clave para la transición energética a nivel global y Chile posee las mayores reservas de este mineral, con un total de 9,2 millones de toneladas, según el último reporte del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), difundido en enero.
Chile, que hasta 2012 era el primer productor mundial de litio, fue superado por Australia y se prevé que a fines de esta década China ocupará el segundo lugar.
Desde entonces, sólo el Estado puede gestionar la producción de litio, para lo cual existen cuatro mecanismos: haciéndolo por su propia cuenta; mediante un Contrato Especial de Operación del Litio (CEOL); por medio de sus empresas estatales, o a través de Concesiones Administrativas.
Esta licitación mantiene la condición del litio como mineral estratégico.
La convocatoria nacional e internacional que anunció el gobierno busca, a través de un proceso público, licitar y adjudicar Contratos Especiales de Operación del Litio (CEOL) por cuotas para producir un total de 400.000 toneladas de litio metálico comercializable, divididas en cinco cuotas de 80.000 toneladas cada una, sin una ubicación geográfica específica.
Las adjudicaciones serán por un plazo de 7 años, prorrogables por otros dos, para hacer la exploración geológica, los estudios y desarrollo del proyecto, a los que se sumarán otros 20 años de producción.
Las cuotas irán asociadas a una autorización de comercialización por parte de la Comisión Chilena de Energía Nuclear (CCCHEN).
Esta iniciativa complementa el CEOL ya otorgado a Codelco en el Salar de Maricunga, y la producción actual de empresas privadas (SQM y la estadounidense Albemarle) en el Salar de Atacama, mediante el arriendo de concesiones de Corfo.
La medida está alineada con los objetivos plasmados en la Política Nacional Minera 2050, presentada en agosto pasado. Precisamente, una de las metas de este documento es aumentar la producción a 450.000 toneladas de carbonato de litio anuales al año 2030.
El otorgamiento del CEOL es solo un primer paso, ya que las empresas deberán buscar el lugar para desarrollar sus proyectos, definir las tecnologías, cumplir con todos los requerimientos regulatorios y ambientales aplicables exigidos por la institucionalidad ambiental, y generar el ambiente propicio mediante el relacionamiento con las comunidades, señaló el gobierno.
Las empresas deberán realizar una oferta económica para la obtención de la cuota, además de pagar un monto variable durante la fase de producción.
En los últimos años, el desarrollo de la electromovilidad, el mayor consumo de energías limpias y las nuevas tecnologías asociadas al litio, han impulsado fuertemente la demanda por este mineral.
Por ejemplo, un laptop utiliza 30 gramos de carbonato de litio, en una bicicleta eléctrica se necesitan 300 gramos, un automóvil eléctrico contiene más de 20 kilos y un bus de las mismas características necesita más de 200 kilos.
Así, las proyecciones apuntan a que la demanda mundial se cuadruplicará hacia 2030, alcanzando 1,8 millones de toneladas de carbonato de litio, mientras que la oferta disponible sería de 1,5 millones de toneladas aproximadamente.
Crédito: Enlace fuente