Madrid, 21 feb (EFE).- El suministro de gas natural a Europa “está asegurado” este invierno, aseguró este lunes la comisaria europea de Energía, Kadri Simson.
Simson, en rueda de prensa en Madrid, afirmó que la Comisión Europea (CE) tiene planes de emergencia frente a una posible interrupción del gas de la compañía rusa Gazprom a Europa por la crisis con Ucrania.
Al respecto, indicó que se prevé suplir parte de ese suministro, que llega por gasoducto desde Rusia, con gas natural licuado (GNL) y usar la red de terminales de este tipo de gas, así como coordinarse para que quienes manden aportaciones adicionales de GNL a Europa sepan dónde existe capacidad de descarga y regasificación.
La comisaria señaló que el gas y el GNL se comercian a nivel global y los operadores no son la Unión Europea (UE) ni los gobiernos nacionales, sino empresas privadas.
También recordó que la CE ha propuesto que los países miembros, de forma voluntaria, puedan empezar a comprar conjuntamente gas, si se ve que con ello logran precios más competitivos.
La comisaria dijo que la UE está preparada también “para la peor de las situaciones” y se puso en contacto con Estados Unidos, Catar y Azerbayán, y lo hará también con Noruega, país con el que el resto de Europa está conectada por gasoducto, para ver cómo hacer llegar una proporción adicional de gas.
La responsable comunitaria añadió que hay que empezar a pensar en la próxima campaña de calefacción en Europa cuando las reservas de gas en el continente están un 10 % por debajo de la medida de la última década.
Simson señaló que hay países que han puesto en marcha legislación nacional para que antes de la próxima campaña de calefacción se cumplan unas condiciones de almacenamiento y añadió que habrá que estudiar si hay que hacerlo también a nivel europeo.
No obstante, aclaró que la CE no propone reservas estratégicas al estilo de las que existen para el crudo.
Simson adviritó de que hay que estar preparados para asumir una situación difícil en los precios del gas si Rusia decide atacar a Ucrania, dado que los depósitos de gas en Europa tienen un nivel muy bajo y si Gazprom “cierra el grifo”, exigirá un esfuerzo que será “muy difícil”.
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