El precio del oro se ha acercado a los 2.000 dólares la onza en las últimas sesiones, mostrando su valor como refugio ante las turbulencias del mercado. Y de acuerdo con los analistas de Goldman Sachs, la tendencia podría ir todavía a más. “La reciente escalada con Rusia crea claros riesgos de estanflación para la economía en general, impulsados por el aumento de los precios de la energía, lo que refuerza nuestra convicción en el aumento de los precios del oro en los próximos meses y nuestro objetivo de precio de 2.150 dólares/toz (onza troy)”, señalan los expertos del gigante bancario estadounidense en un informe.
“El papel único del oro como moneda de último recurso será probablemente evidente si las restricciones al banco central de Rusia para acceder a sus reservas en el extranjero hacen que aproveche sus grandes reservas de oro nacionales para continuar con el comercio exterior, muy probablemente con China”, señalaron los expertos. Las reservas de oro de Rusia ascienden a 2.298,53 toneladas, según el World Gold Council, y el banco central del país ya ha anunciado que reasumirá las compras.
Pero no solo Rusia parece estar dirigiéndose al oro por cuestión de necesidad. La demanda de oro para el año 2021 (excluyendo los mercados no organizados) aumentó a 4.021 toneladas, impulsada por la demanda del cuarto trimestre, que se disparó casi un 50% hasta alcanzar el máximo de los últimos diez trimestres, de acuerdo con el informe del World Gold Council.
Dentro de esta demanda total, la inversión en lingotes y monedas mantuvo su impulso, con un salto del 31% hasta un máximo de ocho años de 1.180t. La demanda del cuarto trimestre de 2021, de 318 toneladas, fue la más alta para un cuarto trimestre desde 2016.
También los bancos centrales se mostraron muy activos en el mercado durante el pasado año. De acuerdo con las cifras de World Gold Council, acumularon 463t de oro en 2021, un 82% más que el total de 2020. Además, 2021 fue el duodécimo año consecutivo de compras netas, período durante el cual han comprado un total neto de 5.692t. Según los datos del FMI, las reservas mundiales de oro de los bancos centrales aumentaron hasta casi 35.600t durante el año, el nivel más alto desde 1992, hace casi 30 años.
Siguiendo la tendencia establecida, un gran número de bancos centrales de mercados emergentes compraron oro, incluyendo La India, Uzbekistán o Brasil. Pero además, por primera vez en casi una década se vieron compras significativas por parte de los bancos centrales de los mercados desarrollados. Entre ellos, Irlanda, que añadió tres toneladas en 2021 (+47%), en su mayor compra en más de una década. También el banco central griego ha ido aumentando sus reservas, aunque de un modo más modesto.
“El amplio abanico de compras en 2021 ha demostrado que sigue habiendo un importante apetito por el oro como activo de reserva”, señalaba World Gold Council en su informe anual.
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