México captó 600 millones de dólares de inversiones en exploración minera en 2021, con lo cual se colocó en la primera posición en América Latina, de acuerdo con datos de la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco).
A nivel mundial, las inversiones en exploración en la industria minera sumaron 11,243 millones de dólares, un aumento interanual de 35 por ciento.
Cochilco atribuyó esta alza a la recuperación parcial de la actividad económica global, en conjunto con un aumento del precio de las materias primas.
La región de América Latina captó 24% de esos flujos mundiales de inversiones en exploración durante 2021, un punto porcentual menos que en el año previo. Al interior de esa porción, México participó con 23%, seguido de Chile (21%), Perú (16%), Brasil (11%) y Argentina (8%), entre los países más atrayentes.
Con su resultado, México se posicionó en el cuarto lugar a nivel mundial como destino de estas inversiones, con una participación global de 5%, detrás de Canadá (19%), Australia (17%) y Estados Unidos (11 por ciento). Regionalmente, México desplazó a Chile de la primera posición en 2021.
Las llegadas de inversiones en exploración minera superaron el nivel pre pandémico, ya que en 2019 el presupuesto declarado fue de 9,285 millones de dólares.
En tanto, la distribución del presupuesto por tipo de empresa se mantiene constante respecto a los últimos años: las “major” concentraron 83% del total y el resto se repartió entre las “junior” (9%), “medianas” (4%) y estatales y otras (4 por ciento).
Mientras las “major” son empresas de gran escala, las “junior” abarcan aquellas que no tienen operaciones de minería, siendo esencialmente “empresas de capital”, que se dedican exclusivamente a explorar recursos mineros que posteriormente venden con el fin de obtener ganancias para sus inversionistas. En algunos casos, estas compañías también llevan adelante un proyecto a la etapa de explotación pasando al sector de mediana minería.
A su vez, las empresas medianas han decidido entrar en la producción sobre propiedades que ellos han descubierto o probado su factibilidad económica de explotación. De manera panorámica, México captó 4,801 millones de dólares de Inversión Extranjera Directa en el sector de la minería en 2021, su segundo monto más alto desde 1999. En el país, el gobierno federal anunció en 2019 la cancelación de nuevas concesiones mineras, pero las que ya operan pueden realizar exploraciones, que ahora se ven incentivadas por los altos precios de los minerales.
La exploración de brownfields puede resultar en el descubrimiento de depósitos adicionales, que pueden recibir el beneficio económico de las infraestructuras operativas, de procesamiento y administrativas existentes.
Por el contrario, el descubrimiento de mineralización a través de esfuerzos de exploración greenfield requerirá una inversión de capital para construir una operación independiente.
Dentro de las etapas de exploración está la generativa, que basa sus esfuerzos en la definición de la o las áreas de interés (región) y en la identificación de blancos de sondeo. Es la primera fase de la exploración básica. Luego viene la etapa de seguimiento, con la cual se identifican los blancos obtenidos en la exploración generativa. Finalmente, la etapa avanzada es aquella en la cual se delinea el recurso y define el yacimiento con valor económico. Es la etapa en que se desarrollan estudios preliminares tales como el estudio de prefactibilidad.
roberto.morales@eleconomista.mx
Crédito: Enlace fuente