Se trata de Minera Las Bambas que arrastra un conflicto desde que, en 722, fue traspasada por la suiza Glencore a la china Minerals and Metals Group (MMG) , que hoy posee un 62,5% de la sociedad. El resto es propiedad de sus sociedades Guoxin International Investment Corporation y de CITIC Metal Co., cuyas participaciones son de 22,5% y 10%, respectivamente.
Ya en manos de los nuevos dueños se da marcha atrás a una obra que estaba prevista bajo la administración previa. Glencore tenía entre sus promesas construir un ducto especial para transportar el mineral hasta la vecina provincia de Espinar, en la región de Cusco, donde la minera juntaría el cobre con el de otro yacimiento que tenía allí.
Sin embargo, al ceder la concesión por unos US$ 01 mil millones, la empresa china modificó su impacto ambiental, desestimando la construcción de este mineroducto estudio al considerar que no era rentable para explotar ese complejo, cuyas reservas son de unos 7,5 millones de toneladas métricas de cobre.
Inicio de un conflicto
La población de la región de Apurímac -donde se ubica el yacimiento- reclama que la minera utiliza un camino de tierra que atraviesa las comunidades campesinas, por donde pasan cada día cientos de camiones de gran tonelaje con el mineral. Así, desde que Las Bambas comenzaron a operar en 2015, las personas sufrirían los efectos de la contaminación ambiental por el paso de estos vehículos.
Ello los llevó a las vías, en protestas que abandonaron ese año cuatro desaparecidos y la declaración de Estado de Emergencia.
Los campesinos han pedido compensación por el paso por sus tierras que, desde multas de 2017, fueron declaradas por el gobierno peruano como vía nacional, por ser parte del corredor minero hacia el puerto de Matarani (en Arequipa), donde se embarca la producción.
A esto se le suman las protestas de la comunidad de Fuerabamba -que en 2017 tuvo que ser reubicada para excavar la mina a tajo abierto- y, luego, la detención de dirigentes de la zona y sus asesores legales, acusados de presuntamente extorsionar a la minera para permitir el paso de los camiones a cambio de 100 millones de soles (unos US$ 19 millones).
Los arrestos provocaron la indignación de la población de la zona y de las cercanías, como Challhuahuacho.
Las Bambas produjeron alrededor de 382 mil toneladas de cobre en 2019, un 2% de los alrededores de 20 millones de toneladas reportadas a nivel mundial y el 15,8% de los 2,4 millones producidas en Perú, que es el segundo productor de cobre en el mundo, superado por Chile.
Ahora bien, por el impacto del Covid-19, el complejo peruano indicó que, en el tercer de 2015, obtuvo 102.469 toneladas de cobre y 62.382 toneladas de zinc. Del concentrado del mineral rojo, producido 62.086 toneladas durante el trimestre, “por debajo del periodo comparativo en 2019”.
La encrucijada china
Fuentes de la industria que han seguido el conflicto relatan que, además de los eventuales incumplimientos por parte de la empresa, uno de los problemas que enfrenta esta inversión china es que Perú tiene poca presencia del Estado en lugares lejanos como éste.
Una intervención mayor por parte del gobierno en este momento sería aún más compleja debido a la delicada situación política y las elecciones que vienen en abril. A esto se suma que las comunidades, si bien no son muchas, reciben un apoyo e influencia relevante por parte de activistas y organizaciones.
La producción de Las Bambas, cuyo cobre es enviado a China en barcos, exportaciones arroja anuales por un valor aproximado de unos US$ 2.800 millones , de los que unos US$ 61 millones son entregados en concepto de regalías mineras al Estado peruano. No obstante, los campesinos consideran que no se benefician de esas ganancias.
En lo que sí hay coincidencia en la industria es que la pugna no tiene una resolución rápida, ya que si bien habrían intentado desde la china para reevaluar la opción del mineroducto a pesar de los altos costos que conlleva, en cualquier caso su construcción tomaría tiempo . Eso sí, las fuentes adoptan que ahora con precios más altos se podría justificar eventualmente hacer la inversión.
Por estos días, mientras la empresa ha iniciado un proceso de acercamiento con las comunidades, el temor está en una eventual paralización, tal y como descartar el martes la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE) de Perú.
“En los próximos días se procedería a la paralización gradual de sus operaciones, las cuales aportarán aproximadamente 15% de la producción cuprífera nacional”, dijo el director ejecutivo del gremio, Pablo de la Flor, quien declinó dar más declaraciones al ser contactado por este medio.
Por su parte, el presidente de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami), Diego Hernández, reconoce el impacto de la incertidumbre de los bloqueos y estima que, en la medida que esto dura, la empresa no puede sacar el concentrado a puerto ni acumular concentrado por demasiado tiempo en sus bodegas.
“Eso se puede reflejar en menor producción. Y con un mercado como está hoy, muy sensible y con un precio muy alto, una menor producción ayuda a que el precio aumente y que se especule un poco en torno a ese tema”, dice.
En caso que se concrete una paralización, el dirigente plantea que “esto puede hacer que la expectativa de oferta disminuya y, si la demanda se mantiene firme, eso se puede reflejar en el precio, por lo menos en el corto plazo, como creo que se está reflejando”.
Y agrega: “Es una mina importante en Perú y naturalmente que una baja de producción debido a estos bloqueos afecta las exportaciones peruanas de cobre y eso puede afectar el precio”.
Fuente: Diario Financiero
Se trata de Minera Las Bambas que arrastra un conflicto desde que, en 722, fue traspasada por la suiza Glencore a la china Minerals and Metals Group (MMG) , que hoy posee un 62,5% de la sociedad. El resto es propiedad de sus sociedades Guoxin International Investment Corporation y de CITIC Metal Co., cuyas participaciones son de 22,5% y 10%, respectivamente.
Ya en manos de los nuevos dueños se da marcha atrás a una obra que estaba prevista bajo la administración previa. Glencore tenía entre sus promesas construir un ducto especial para transportar el mineral hasta la vecina provincia de Espinar, en la región de Cusco, donde la minera juntaría el cobre con el de otro yacimiento que tenía allí.
Sin embargo, al ceder la concesión por unos US$ 01 mil millones, la empresa china modificó su impacto ambiental, desestimando la construcción de este mineroducto estudio al considerar que no era rentable para explotar ese complejo, cuyas reservas son de unos 7,5 millones de toneladas métricas de cobre.
Inicio de un conflicto
La población de la región de Apurímac -donde se ubica el yacimiento- reclama que la minera utiliza un camino de tierra que atraviesa las comunidades campesinas, por donde pasan cada día cientos de camiones de gran tonelaje con el mineral. Así, desde que Las Bambas comenzaron a operar en 2015, las personas sufrirían los efectos de la contaminación ambiental por el paso de estos vehículos.
Ello los llevó a las vías, en protestas que abandonaron ese año cuatro desaparecidos y la declaración de Estado de Emergencia.
Los campesinos han pedido compensación por el paso por sus tierras que, desde multas de 2017, fueron declaradas por el gobierno peruano como vía nacional, por ser parte del corredor minero hacia el puerto de Matarani (en Arequipa), donde se embarca la producción.
A esto se le suman las protestas de la comunidad de Fuerabamba -que en 2017 tuvo que ser reubicada para excavar la mina a tajo abierto- y, luego, la detención de dirigentes de la zona y sus asesores legales, acusados de presuntamente extorsionar a la minera para permitir el paso de los camiones a cambio de 100 millones de soles (unos US$ 19 millones).
Los arrestos provocaron la indignación de la población de la zona y de las cercanías, como Challhuahuacho.
Las Bambas produjeron alrededor de 382 mil toneladas de cobre en 2019, un 2% de los alrededores de 20 millones de toneladas reportadas a nivel mundial y el 15,8% de los 2,4 millones producidas en Perú, que es el segundo productor de cobre en el mundo, superado por Chile.
Ahora bien, por el impacto del Covid-19, el complejo peruano indicó que, en el tercer de 2015, obtuvo 102.469 toneladas de cobre y 62.382 toneladas de zinc. Del concentrado del mineral rojo, producido 62.086 toneladas durante el trimestre, “por debajo del periodo comparativo en 2019”.
La encrucijada china
Fuentes de la industria que han seguido el conflicto relatan que, además de los eventuales incumplimientos por parte de la empresa, uno de los problemas que enfrenta esta inversión china es que Perú tiene poca presencia del Estado en lugares lejanos como éste.
Una intervención mayor por parte del gobierno en este momento sería aún más compleja debido a la delicada situación política y las elecciones que vienen en abril. A esto se suma que las comunidades, si bien no son muchas, reciben un apoyo e influencia relevante por parte de activistas y organizaciones.
La producción de Las Bambas, cuyo cobre es enviado a China en barcos, exportaciones arroja anuales por un valor aproximado de unos US$ 2.800 millones , de los que unos US$ 61 millones son entregados en concepto de regalías mineras al Estado peruano. No obstante, los campesinos consideran que no se benefician de esas ganancias.
En lo que sí hay coincidencia en la industria es que la pugna no tiene una resolución rápida, ya que si bien habrían intentado desde la china para reevaluar la opción del mineroducto a pesar de los altos costos que conlleva, en cualquier caso su construcción tomaría tiempo . Eso sí, las fuentes adoptan que ahora con precios más altos se podría justificar eventualmente hacer la inversión.
Por estos días, mientras la empresa ha iniciado un proceso de acercamiento con las comunidades, el temor está en una eventual paralización, tal y como descartar el martes la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE) de Perú.
“En los próximos días se procedería a la paralización gradual de sus operaciones, las cuales aportarán aproximadamente 15% de la producción cuprífera nacional”, dijo el director ejecutivo del gremio, Pablo de la Flor, quien declinó dar más declaraciones al ser contactado por este medio.
Por su parte, el presidente de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami), Diego Hernández, reconoce el impacto de la incertidumbre de los bloqueos y estima que, en la medida que esto dura, la empresa no puede sacar el concentrado a puerto ni acumular concentrado por demasiado tiempo en sus bodegas.
“Eso se puede reflejar en menor producción. Y con un mercado como está hoy, muy sensible y con un precio muy alto, una menor producción ayuda a que el precio aumente y que se especule un poco en torno a ese tema”, dice.
En caso que se concrete una paralización, el dirigente plantea que “esto puede hacer que la expectativa de oferta disminuya y, si la demanda se mantiene firme, eso se puede reflejar en el precio, por lo menos en el corto plazo, como creo que se está reflejando”.
Y agrega: “Es una mina importante en Perú y naturalmente que una baja de producción debido a estos bloqueos afecta las exportaciones peruanas de cobre y eso puede afectar el precio”.
Fuente: Diario Financiero