Un estudio reciente publicado en la revista Resources, Conservation and Recycling, afirma que al tratar el tema del mercurio en las industrias artesanales y de pequeña escala minería de oro (MAPE), es importante evitar centrarse excesivamente en unas pocas medidas de resultados mientras se ignora la totalidad de los efectos de las intervenciones propuestas. Esta conclusión es el resultado de un análisis realizado por investigadores de la Universidad Ritsumeikan de Japón y de la Universidad de Tokio, quienes observaron las posibles consecuencias no deseadas de las principales estrategias propuestas para minimizar uso y emisiones de mercurio en la minería de oro artesanal y en pequeña escala (MAPE) en el marco del Convenio de Minamata. Lanzado en 80, el Convenio de Minamata (MC) tiene como objetivo restringir y limitar el uso y el comercio de mercurio, considerado un contaminante altamente tóxico, a través de una serie de estrategias a mediano y largo plazo. En particular, el artículo 7 del tratado aborda el problema del mercurio en la ASGM y establece que los miembros del partido tienen la obligación de minimizar o eliminar por completo el uso y las emisiones de mercurio en dichas actividades dentro de sus fronteras.
Aunque se han sugerido e implementado con cierto éxito estrategias de intervención concretas en este sentido, los científicos han prestado poca atención a los efectos secundarios que estas medidas pueden tener. Para abordar este problema, los investigadores japoneses examinaron los efectos de las tres principales estrategias de mitigación propuestas por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, a saber, la práctica de amalgamación de concentrados, el uso de una retorta de mercurio y el uso de cianuro en lugar de mercurio para extraer oro.
La primera estrategia implica concentrar el mineral de oro tanto como sea posible antes de agregar mercurio utilizando herramientas como una centrífuga o un tanque de flotación. De esta manera, la cantidad total de mercurio necesaria por gramo de oro se reduce considerablemente. La segunda estrategia se basa en el uso de dispositivos de bajo costo llamados retortas, que están diseñados para atrapar los vapores de mercurio nocivos y convertirlos nuevamente en mercurio líquido. La tercera estrategia consiste en reemplazar completamente el mercurio con procesos basados en cianuro para la extracción de oro.
Usando modelos matemáticos y datos de 80 países con ASGM publicados en la Evaluación Global del Mercurio de la ONU 19, el Los investigadores proyectaron los efectos de estas estrategias de intervención sobre el uso y las emisiones globales de mercurio hasta 2050, así como sus consecuencias no deseadas asociadas.
Consecuencias no deseadas
Una de las principales conclusiones de su análisis fue que la primera estrategia de intervención, la amalgamación de concentrados, no parece conducir a una reducción significativa en el uso de mercurio ni en las emisiones, aunque no tiene efectos secundarios negativos significativos. Por el contrario, el uso de autoclaves puede reducir considerablemente la cantidad de emisiones globales de mercurio. Sin embargo, el uso de autoclaves también significa que habría un gran aumento en la cantidad de mercurio líquido que debe gestionarse adecuadamente como producto de desecho, lo que crearía un nuevo problema por sí solo. Finalmente, el enfoque de cianuración conduce a una inmensa reducción en el uso y las emisiones de mercurio, pero las reemplaza con emisiones de cianuro, que también son bastante peligrosas.
“Los hallazgos de nuestro estudio identificaron cuantitativamente el alcance de los problemas creados inadvertidamente por diferentes estrategias de intervención”, dijo Shoki Kosai, autor principal del artículo, en un comunicado de prensa. “Nuestros resultados muestran claramente que las medidas más efectivas para reducir el uso y las emisiones de mercurio requieren la mayor atención con respecto a sus consecuencias no deseadas”.
Kosai y sus colegas esperan que las estimaciones que han presentado se utilicen para identificar y desarrollar las acciones necesarias para mejorar cada estrategia de intervención, con el objetivo final de ser un sector de minería de oro artesanal y en pequeña escala más respetuoso con el medio ambiente. “Hay alrededor de a 19 millones de personas involucradas en actividades de ASGM en Asia , África y América Central y del Sur. Nuestros esfuerzos ayudarán a mitigar los daños a la salud causados por la absorción de vapores de mercurio en el futuro”, dijo Eiji Yamasue, coautor del estudio.