Los precios del cobre caían el lunes, alargando su declive, y tocaron su nivel más bajo en casi una semana, mientras los inversores recogían ganancias en medio de los crecientes casos de COVID-19 y más retrasos en un acuerdo de estímulo en Estados Unidos.
A las 1045 GMT, el cobre a tres meses en la Bolsa de Metales de Londres (LME) caía un 0,6% a 6.830 dólares la tonelada en su tercer día de pérdidas, después de haberse hundido más temprano a 6.812 dólares, mínimo desde el 20 de octubre.
El declive del metal se daba de la mano con el retroceso en los mercados financieros, que también contemplaban el lanzamiento de una asamblea en China, el mayor consumidor de metales del mundo, para acordar su próximo plan económico quinquenal.
La semana pasada, el cobre traspasó el umbral de 7.000 dólares por primera vez en 28 meses, mientras analistas e inversionistas meditaban el año que viene para el sector de metales industriales.
“Es natural que haya alguna toma de ganancias luego de la euforia de la semana pasada. No estamos vendiendo significativamente, todavía hay mucho optimismo por el cobre, el níquel y el estaño”, dijo el consultor independiente Robin Bhar.
“El pleno ha comenzado en Pekín, por lo que habrá algunas declaraciones positivas en los próximos días a medida que sepamos más sobre la revolución verde de China. Este retroceso es una buena oportunidad para que la gente obtenga algunos niveles de compra ligeramente mejores”.
Después de una corrección, Bhar espera que el cobre reanude su tendencia alcista y vuelva a situarse por encima de los 7.000 dólares para finales de año.
Los precios del metal eran presionados además por un dólar más fuerte, que encarece las materias primas cotizadas en la moneda estadounidense para los tenedores de otras divisas.