En lugar de buscar una olla de oro al final del arco iris, los investigadores de la Universidad Aalto de Finlandia están utilizando partículas de oro para crear colores con el objetivo final de avanzar en la nueva tecnología de visualización.
En un papel publicado en la revista Materiales Funcionales Avanzados, los investigadores explican que la técnica utiliza nanocilindros de oro suspendidos en un gel. El gel solo transmite ciertos colores cuando se ilumina con luz polarizada, y el color depende de la orientación de los nanocilindros de oro. Para controlar la orientación de los nanocilindros de oro en el gel, los científicos utilizan moléculas de ADN.
“El ADN no es solo un portador de información, también puede ser un bloque de construcción. Diseñamos las moléculas de ADN para que tuvieran una cierta temperatura de fusión, por lo que básicamente podríamos programar el material”, dijo Joonas Ryssy, autor principal del estudio, en un comunicado de prensa.
“Cuando el gel se calienta más allá de la temperatura de fusión, las moléculas de ADN se aflojan y los nanocilindros de oro cambian de orientación. Cuando baja la temperatura, vuelven a endurecerse y las nanopartículas vuelven a su posición original”.
Ryssy y sus colegas probaron varias moléculas de ADN personalizadas con diferentes temperaturas de fusión para encontrar la mejor respuesta. Con el sistema actual, la tecnología puede producir luces rojas y verdes. Una vez que el trabajo adicional haga posible la transmisión de luz azul, este enfoque podría usarse para generar cualquier color mezclando rojo, verde y azul.
“Todo el concepto, la filosofía subyacente detrás del trabajo, es utilizar métodos simples, materiales simples y herramientas simples para generar colores de una manera dinámica y reversible”, dijo Sesha Manuguri, coautora del estudio.
Para Manuguri, parte de la elegancia de la técnica es que los nanocilindros de oro cumplen ambas tareas necesarias. “Los nanorods de oro se calientan cuando se encienden, calentando el gel y también son responsables de la formación de color. Por lo tanto, no necesita elementos calefactores separados”, dijo.
Con un mayor desarrollo, este enfoque podría usarse para producir color en diferentes tipos de pantallas. Dado que todos los materiales son biocompatibles, la solución podría ser ideal para pantallas en dispositivos de sensores portátiles, pero la tecnología también podría usarse en vallas publicitarias u otras pantallas.
“Hemos hecho la ciencia básica para unir estos componentes básicos de manera simbiótica para crear algo funcional. Ahora les toca a los ingenieros explorar qué tipo de dispositivos podrían fabricarse”, dijo Manuguri.