Más conocida por el fútbol que por la minería, Argentina aspira a convertirse en uno de los 10 principales productores de cobre del mundo para 2030, y su postura favorable a los inversores ha atraído a jugadores globales como Glencore y Lundin Mining.
Las estimaciones del gobierno muestran que el país tiene una serie de proyectos de cobre que podrían producir 793.000 toneladas a fines de la década, aún muy por debajo de Chile, el mayor productor mundial, pero cerca de los principales productores como Australia y Zambia.
Si bien ese es un objetivo ambicioso (Argentina no ha producido cobre desde que cerró la mina Alumbrera en 2018), podría convertir al país en un importante nuevo proveedor de cobre a medida que un impulso global para vehículos eléctricos impulsa la demanda mundial del metal.
Este camino lo lidera el proyecto Hosemaría de Lundin Mining en la provincia andina de San Juan, que apunta a producir alrededor de 136.000 toneladas de cobre por año. Agregó que una vez que comienza, puede ser necesario estar entre 4 y 5 años al comienzo de la producción, lo que indica que el plan original que puede retrasarse en 2026.
Laoman dijo que el país puede ser un participante importante entre la brecha entre la producción actual y la demanda de cobre de energía pura.