El oro deslumbra al mundo financiero con un aumento constante, alcanzando máximos de dos semanas, situándose en 2.340,12 dólares la onza y vislumbrando un panorama prometedor. La debilidad en los datos económicos de Estados Unidos ha avivado las esperanzas de una disminución en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal, mientras las incertidumbres electorales globales también influyen en esta tendencia ascendente.
Analistas como Han Tan, Jefe de Mercados de Exinity Group, señalan que las expectativas del mercado en torno a un cambio en la política monetaria de la Reserva Federal son el motor principal detrás de este impulso alcista del oro. Esta situación podría mantener al metal precioso en un rango por un tiempo, hasta que los indicadores económicos estadounidenses allanen el camino hacia tasas de interés más bajas, desencadenando así una nueva escalada del precio del oro.
La Reserva Federal se mantiene a la expectativa de señales adicionales de moderación en la inflación, mientras avanza con precaución hacia posibles reducciones en las tasas de interés antes de que finalice el año. La perspectiva de tasas más bajas reduce el costo de oportunidad de poseer oro, un activo no productivo que se vuelve más atractivo en tiempos de incertidumbre económica y tensiones geopolíticas.
Adicionalmente, la demanda de refugio seguro se intensifica ante persistentes tensiones globales, riesgos económicos a la baja y la incertidumbre política en Francia. Este escenario se ve acentuado por las próximas elecciones anticipadas en Francia y la creciente preocupación por su elevada deuda, factores que potencian la atracción del oro como activo seguro en medio de un clima volátil.