En un mundo cada vez más interconectado, el Foro Empresarial Chile-Brasil, celebrado en el Hotel W, emergió como un faro de oportunidades y colaboración. Organizado por Apex Brasil, el evento reunió a líderes empresariales y autoridades clave para fomentar el comercio y optimizar el flujo de inversiones entre las dos naciones. Con un enfoque en sectores estratégicos como la agroindustria, sostenibilidad, nuevas tecnologías y la integración regional, se subrayó la imperiosa necesidad de utilizar el corredor bioceánico como un catalizador para el crecimiento económico conjunto.
La ceremonia inaugural marcó el tono del evento, donde Jorge Viana, presidente de Apex, enfatizó la importancia de crear una estrategia diferenciada que permita profundizar las relaciones económicas entre ambos países. “Hay un potencial de ampliar los negocios entre Chile y Brasil, y tiene que ser a través de una estrategia diferenciada”, afirmó, instando a aumentar la inversión brasileña hacia Chile para equilibrar los flujos comerciales. Este llamado a la acción se sustenta en la realidad de que las inversiones chilenas en Brasil son más del doble que las brasileñas en suelo chileno.
En un ambiente de colaboración, Ricardo Alban, presidente de la Confederación Nacional de la Industria, y Décio Lima, presidente del Sebrae, coincidieron en que el crecimiento económico va de la mano con el desarrollo social y la creación de sociedades más justas. Resaltando el papel crucial de las pequeñas y medianas empresas, llamaron a la acción conjunta en pro de la sostenibilidad, innovación e inclusión, como pilares fundamentales para el futuro económico de ambas naciones.
La complementariedad entre las economías chilena y brasileña fue el hilo conductor de las intervenciones. Con el 40% de las exportaciones de Brasil a Chile conformadas por petróleo y el 41% de las exportaciones chilenas a Brasil compuestas de cobre, las cifras hablan por sí solas. A medida que el comercio binacional alcanzó un impresionante volumen de US$ 13.114 millones en 2023, quedó claro que el camino a seguir no solo radica en potenciar estas sinergias, sino en mejorar la infraestructura que permita a ambos países integrarse aún más en las cadenas de valor globales. Con la colaboración continua en innovación y tecnología, el futuro de esta asociación parece ser prometedor.