La Comisión Chilena del Cobre (Cochilco) ha publicado un análisis que revela un panorama desafiante para los cargos de tratamiento y refinación de cobre, los cuales se espera que alcancen niveles mínimos en 2025. Este fenómeno se debe a un déficit global anticipado en la disponibilidad de concentrados de cobre, justo en un momento en que nuevas fundiciones están comenzando a operar. Según el estudio, la demanda de concentrados podría crecer un notable 10,5% debido a la expansión de capacidades en países como China e India, mientras que la oferta podría reducirse en un 3,4% a medida que nuevas fundiciones en regiones como Indonesia y la República Democrática del Congo entren en el juego.
Desde 2019, el mercado global ha estado lidiando con un déficit constante en el balance de concentrados, y la situación parece dirigirse a un empeoramiento en 2024 y 2025. Este año en particular, se anticipa un déficit de 1,9 millones de toneladas de concentrados, lo que ha llevado a una caída dramática en los precios de los cargos de tratamiento y refinación (TC/RC), que han llegado a estar «cercanos a cero». La presión de una oferta limitada ha resultado en que algunas fundiciones chinas reduzcan su producción, apuntando a una tendencia preocupante para los próximos años.
Cochilco también señala que, al mirar hacia el futuro, la capacidad de fundición en el mundo superará la producción total de cobre refinado para 2040. China, que actualmente lidera la capacidad de fundición con un 45% del total mundial, continúa expandiendo su infraestructura a un ritmo acelerado, así como los planes de India. Mientras tanto, las fundiciones en Chile han enfrentado desafíos significativos, con muchas de ellas incurriendo en costos elevados que superan el tercer cuartil en la lista de costos de producción.
A pesar de estos retos, se anticipa que la producción de concentrados en Chile aumentará este año, impulsada por proyectos clave en operaciones como Quebrada Blanca, Chuquicamata Subterránea, y Escondida de BHP. Sin embargo, este avance es contrastado con la realidad de que, desde 2019, la participación de Chile en la producción global de cobre ha disminuido notablemente, cayendo del 32% al 24%. Estos cambios en la dinámica del mercado sugieren que la industria del cobre está en una encrucijada crucial, donde nuevas estrategias y adaptaciones serán vitales para asegurar su sostenibilidad y competitividad a largo plazo.