En un momento en que la sostenibilidad se ha convertido en un imperativo global, Drummond se posiciona como un pionero en la industria minera, con la ambiciosa meta de ser carbono neutral para 2050. Actualmente, esta minera colombiana produce alrededor de 30 millones de toneladas de carbón térmico, representando un 18,3% de las exportaciones del país en 2023, según cifras del Dane. Con la producción concentrada en las regiones de La Guajira y Cesar, el carbón no solo es vital para la economía local, sino que también es fundamental para el empleo y los recursos del presupuesto nacional.
Sin embargo, el panorama no es sencillo. A pesar del crecimiento sostenido en la producción, Drummond y otras empresas mineras han enfrentado desafíos significativos, entre ellos la disminución de la demanda internacional, impulsada por las nuevas regulaciones medioambientales y el reciente Decreto 1047 de 2024, que prohíbe la exportación de carbón a Israel. Esto plantea interrogantes sobre el futuro del sector y la capacidad de Drummond para adaptarse a un mercado en transformación que cada vez valora más soluciones energéticas sostenibles.
A pesar de estos retos, Drummond ha logrado mantener su liderazgo como el principal productor y exportador de carbón en Colombia, cerrando 2023 con una producción cerca de 29,6 millones de toneladas y exportando 27,03 millones. Con miras a 2024, la empresa espera alcanzar niveles de producción similares, beneficiándose particularmente de sus concesiones en El Descanso y La Loma. Este constante flujo de producción no solo ha fortalecido su posición en el mercado, sino que también ha permitido a Drummond diversificar sus destinos de exportación, alcanzando más de 20 países, incluidos México, India y Japón.
El compromiso de Drummond con la sostenibilidad se materializa a través de iniciativas concretas, como el desarrollo del parque solar Cañahuate, que comenzará su operación con una capacidad de 65 MW. Esta estrategia de transición energética y socio-económica refleja la intención de la empresa de minimizar su impacto ambiental mientras satisface la demanda de un carbón de calidad en un mundo cada vez más consciente de la necesidad de reducir emisiones. La apuesta de Drummond muestra que es posible unirse a la economía verde sin comprometer los pilares económicos locales, demostrando que el futuro de la minería puede ser tanto sostenible como próspero.