El estado brasileño de Pará, que se alista para ser la sede de la trascendental cumbre climática COP30 en la Amazonía el próximo año, se encuentra en el centro de una intensa controversia por las regulaciones que permiten la minería de oro. Mientras el mundo se reúne para abordar los desafíos climáticos, el Partido Verde de Brasil ha impugnado normas locales que facultan a las autoridades municipales a otorgar licencias para la explotación de hasta 500 hectáreas de terreno. Estas decisiones, según los críticos, incentivarán la minería ilegal en un estado que ya enfrenta serios problemas ambientales.
El Partido Verde argumenta que las normas actuales promueven la minería descontrolada, particularmente en un área donde ocurre la mayor parte de la extracción ilegal de oro del país. En respuesta, el gobierno federal, a través del Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Ibama) y otros organismos, ha solicitado la abolición de estas regulaciones, alegando que facilitan la destrucción del medio ambiente y la salud de las comunidades locales. La situación ha sido impulsada por un alarmante informe forense de la Policía Federal que denuncia el uso de sustancias tóxicas, como mercurio y cianuro, por los mineros clandestinos.
La contaminación resultante de estas actividades mineras ha tenido un impacto devastador en ríos que son vitales para las comunidades indígenas, como el pueblo Munduruku. Un análisis del agua en el río Tapajós reveló que los niveles de mercurio superan los límites aceptables, lo que pone en riesgo la salud de los habitantes de la región. A pesar de la presión para detener estas prácticas dañinas, el gobierno de Pará se mantiene firme en su defensa de las regulaciones, argumentando que han sido parte de su marco legal durante más de una década.
La COP30 se presenta como una oportunidad crucial para que Brasil reitere su compromiso con la defensa del medio ambiente y la lucha contra la deforestación. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva ha destacado la importancia de realizar esta cumbre en Belém, enfatizando la acción contra la minería ilegal de oro, especialmente en tierras indígenas protegidas. Sin embargo, a medida que se intensifican las tensiones entre el desarrollo económico y la conservación medioambiental, el futuro de las regulaciones sobre minería en Pará se convierte en un tema central en la discusión sobre sostenibilidad y justicia ambiental.