En un impresionante giro hacia el desarrollo económico, el sector minero peruano ha atraído inversiones superiores a los US$ 10,100 millones en proyectos adjudicados en los últimos 22 años. La Agencia de Promoción de la Inversión Privada, ProInversión, ha jugado un papel crucial al otorgar 17 proyectos mineros a través de diversas modalidades, desde contratos de transferencia hasta concesiones. Estos proyectos, que incluyen gigantes como Las Bambas, Toromocho y La Granja, han capitalizado inversiones sustanciales, que no solo reflejan un crecimiento económico, sino también la promesa de prosperidad para las comunidades locales.
Entre estos destacados proyectos, Las Bambas se lleva la delantera con una inversión acumulada que alcanza los US$ 6,924 millones, seguida de Toromocho con US$ 2,330 millones y La Granja con US$ 642 millones. El informe trimestral de 2024 sobre el cumplimiento de compromisos de inversión revela un panorama alentador: la inversión inicial proyectada de US$ 5,689 millones para 12 de estos proyectos ha superado los US$ 10,116 millones a medida que se avanzó en las distintas fases de exploración y construcción. Este crecimiento no solo beneficia a los inversionistas, sino que también abre las puertas a nuevas oportunidades laborales y el desarrollo de infraestructura en regiones que tradicionalmente han estado en la sombra del progreso.
Además de generar empleos directos e indirectos, las inversiones en proyectos mineros contribuyen a la mejora de las condiciones de vida de las familias en áreas remotas. Las iniciativas incluyen la creación de fondos sociales, cuyo propósito es financiar programas que atienden a las poblaciones más vulnerables, especialmente aquellas que viven en pobreza y pobreza extrema. Estos fondos permiten no solo la atención social, sino también el desarrollo de proyectos de infraestructura que son esenciales para el crecimiento sostenible de las comunidades.
El futuro parece promising con la promoción del proyecto minero El Algarrobo, que se ubicará en Tambogrande, Piura. Este proyecto, valorado en US$ 2,753 millones, priorizará la gestión social y el desarrollo de iniciativas hídrica y comunitaria, asegurando que las inversiones también repercutan de forma positiva en la población local. Con cada nuevo proyecto como El Algarrobo, se espera que las comunidades experimenten un incremento en los ingresos a través de canon y regalías, lo que les permitirá llevar a cabo más y mejores proyectos de carácter social. Así, el sector minero no solo se erige como un motor de desarrollo económico, sino también como un aliado en la lucha contra la desigualdad y la pobreza.