Los precios del cobre retrocedieron el viernes luego de superar el nivel de 8.000 dólares la tonelada, ya que algunos inversores se mostraron cautelosos debido a la disminución de la demanda física a precios altos.
A las 1655 GMT, el cobre a tres meses en la Bolsa de Metales de Londres (LME) subía un 0,8% a 7.982 dólares la tonelada después de llegar a los 8.028, su nivel más alto desde febrero de 2013.
En la Bolsa de Futuros de Shanghái (ShFE), el cobre saltó a un máximo de más de nueve años de 59.500 yuanes (9.095,36 dólares) la tonelada.
Ambos contratos cerrarían el viernes su séptima ganancia semanal consecutiva.
El cobre se ha sumado a las acciones y a otros activos de riesgo anotando fuertes ganancias en las últimas semanas, impulsado por el optimismo sobre la recuperación económica mundial después de las noticias positivas sobre las vacunas para el COVID-19.
Sin embargo, ya hay señales de advertencia porque la extensión más reciente del repunte del cobre ha estado dominada por especuladores, no por compras de usuarios industriales, según Gianclaudio Torlizzi, socio de la consultora T-Commodity en Milán.
“Creemos que el mercado está subiendo sólo por la euforia financiera. Los compradores industriales chinos no están comprando este pico y este indicador en tiempo real se ha estancado durante las últimas dos semanas”, dijo.
“La demanda no está de acuerdo con el precio, por lo que estoy empezando a ser escéptico sobre este repunte y estoy tomando este alza en los precios como una muy buena oportunidad para vender en corto en el mercado”.
El alza de los precios del cobre se ha visto apoyado también por el descenso en los inventarios. Las existencias en la ShFE cayeron a su nivel más bajo desde diciembre de 2011 a 74.222 toneladas el viernes.
Las existencias combinadas de los depósitos de la LME, ShFE y COMEX rondaban su nivel más bajo desde diciembre de 2014 a 281.648 toneladas al 17 de diciembre, según datos de Refinitiv Eikon.