«Tenemos los recursos humanos calificados, estamos listos para entrar a la etapa de industrialización del litio», manifestó González al ser posesionado este lunes, sin desconocer el retroceso que representó para esos propósitos la gestión de Jeanine Áñez: «El desafío es grande luego de haber prácticamente tenido parada un año nuestra planta donde no hemos tenido, inclusive, comercialización de los productos», declaró tras su asunción.
Al dar a conocer el nombramiento, el ministro de Hidrocarburos y Energías, Franklin Molina, destacó la relevancia de articular la política energética pues, este producto, dijo, permitirá el desarrollo económico del país y de las regiones productoras (las más importantes son Oruro y Potosí) por su alto valor agregado, así como por la demanda de baterías de litio en el mercado internacional.
Entre las principales acciones a acometer, González, por su parte, mencionó la construcción de nuevas plantas industriales como las de ión litio y cátodos en los salares de Coipasa Uyuni(departamento de Oruro) y Pastos Grandes (Potosí), informó PL.
Las actividades de producción en la planta industrial de cloruro de potasio y de la planta semindustrial de carbonato de litio, las frenó Jeanine Áñez al encabezar el ejecutivo de manera transitoria en noviembre de 2019, detalló el despacho.
A ello se sumó la pandemia de Covid-19, que impactó igualmente esa industria debido al mal manejo de la enfermedad y a las restricciones por cuarentenas rígidas dictadas.
El Gobierno del presidente Luis Arce impulsa el proyecto de industrialización de litio que, en una primera fase, comenzó con la implementación de plantas piloto para explotar los recursos evaporíticos de los salares del país.
«Se han dado pasos muy importantes y, sin duda, el objetivo final es lograr consolidar este proceso (…) y la generación de un sinnúmero de fuentes de empleo», señaló Molina.
Tan importantes son los yacimientos de litio en Bolivia, y tanta fuerza tiene hoy ese mineral en el mercado, que políticos bolivianos y observadores foráneos han considero que su posesión estuvo entre los motivos geoestratégicos que alentaron el golpe de Estado escenificado por el ejecutivo de Áñez, aunque los autores intelectuales estaban en otra parte.
Al esgrimir esa tesis, analistas de Clacso (Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales) han aseverado que alrededor del 85 por ciento de las reservas de litio existentes en el mundo se encuentran en el denominado Triángulo del litio, compuesto por Argentina, Bolivia y Chile.
Esas reservas, afirma un estudio publicado por la entidad, se encuentran en condiciones de explotación únicas y por ese motivo permiten costos de procesamiento y producción mucho menores a los de los combustibles fósiles.
Según el análisis, el litio constituye en la actualidad un recurso natural estratégico porque se consolida como factor clave en el cambio de matriz energética —se necesita para la confección de acumuladores eléctricos que permiten contener la energía mediante recursos renovables— y, además, porque es determinante en la modificación del patrón tecnológico, ya que las baterías denominadas ion-litio serán, asegura, «el motor que impulsará la movilidad de los próximos años mediante los autos eléctricos. Además estas baterías son utilizadas en casi todos los dispositivos electrónicos portátiles como celulares, y computadoras».
Bolivia busca convertirse en uno de los protagonistas del mercado energético del litio, ha recordado ABI.
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