La importancia de Canadá para el sector minero es ampliamente reconocida. De hecho, 43% de las mineras que cotizan en la bolsa de Toronto lo hacen en el Toronto Stock Exchange (TSX) o en el TSX Venture Exchange (Tsxv). En dichos segmentos, América Latina se consolida como una de las regiones con mayor presencia. Las empresas dedicadas a la extracción de minerales que operan en la región representan 25% del total de este tipo de compañías listadas.
La participación activa de Canadá dentro del bloque, primero como país observador y ahora en camino a convertirse en la primera nación del G7 en ser parte de dicho grupo, redundaría en mayores oportunidades para las empresas que hacen parte del mercado de Toronto, o que aspiran llegar a este.
“La plataforma no solo está destinada a la integración comercial, sino que también permitiría desarrollar objetivos comunes y mejores prácticas en una serie de sectores, incluidos la minería y el cambio climático”, señala Guillaume Légaré, director del Grupo TMX para Sudamérica, que incluye los mercados TSX y el Tsxv de Toronto.
Y es que buena parte de las nuevas oportunidades para las mineras están asociadas a la meta mundial de menores emisiones, y más concretamente, a la llamada transición energética hacia fuentes más limpias.
En su informe ‘Minerales para la acción climática’, el Banco Mundial asegura que: “se necesitarán más de 3.000 millones de toneladas de minerales y metales para desplegar la energía eólica, solar y geotérmica”.
En este sentido, desde Toronto se ve una gran posibilidad para que América Latina se incorpore rápidamente a la cadena de suministro verde, que llevaría a que la producción de minerales, como grafito, litio y cobalto, aumente en 500% en el 2050.
De igual forma se demandarán cantidades importantes de aluminio, cobre, plata y zinc para la construcción de la infraestructura requerida para la transición hacia las energías renovables no convencionales.
Además de la oportunidad que surge de la necesidad de crear un ecosistema de empresas capaces de atender la demanda de materiales e insumos para producir aerogeneradores y vehículos eléctricos, el acceso a financiación, vía emisión, también empieza a ser determinado por el desarrollo sostenible.
En Canadá, como pasa también en buena parte del mundo, los inversionistas institucionales cada vez toman más en cuenta los factores medioambientales y sociales que rodean a las compañías.
Actualmente, 3.289 mineras cotizan en la Bolsa de Toronto. Una de las ventajas que ofrece este mercado a las compañías latinoamericanas interesadas en hacer parte de él, es la transición.
“Una empresa puede cotizar en el mercado junior de Tsxv y luego ascender al mercado principal de TSX cuando el momento es adecuado para responder a la creciente demanda de capitales. Más de 700 empresas han pasado de Tsxv a TSX. Algunas de las empresas mineras más grandes inscritas en TSX comenzaron cotizando en Tsxv. Cerca de 52% de las emisoras mineras de TSX son empresas graduadas de Tsxv”, concluye Légaré.
Ante el papel protagónico que viene jugando América Latina en el mercado canadiense, en 2019 el TSX/Tsxv se convirtió en el primer grupo bursátil internacional en establecerse en América Latina.
Desde Lima, se exploran nuevas oportunidades de crecimiento en la Alianza del Pacífico y en la región en general. Además de la minería, existen otros sectores estratégicos como la energía, tradicionales y renovables, y la innovación, a los que Canadá viene mirando con gran interés.
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