Se estima que la demanda de minerales como el litio y el cobalto para su uso en energía limpia podría aumentar hasta seis veces rumbo a 2040.
El rol de los minerales críticos esenciales son clave para las tecnologías de energía limpia como los vehículos eléctricos y las turbinas eólicas, por lo que se estima que las necesidades de los minerales podrían aumentar hasta seis veces rumbo a 2040, de acuerdo con un informe de la Agencia Internacional de Energía (IEA).
En su informe “The Role of Critical Minerals in Clean Energy Transitions”, la agencia indicó que los suministros de minerales son importantes en las próximas décadas para cumplir con los objetivos climáticos del mundo. Minerales como el cobre, litio, níquel, cobalto y elementos de tierras raras son clave en la transformación segura y rápida del sector energético.
Asimismo, la IEA explicó que los requisitos minerales de un sistema energético impulsado por tecnologías de energía limpia difieren de uno con combustibles fósiles. Un ejemplo de ello son los vehículos eléctricos, los cuales requieren seis veces más recursos minerales que un automóvil convencional. Además, una planta eólica requiere nueve veces más minerales que una de energía de gas de tamaño similar.
“No solo se trata de un aumento masivo en términos absolutos, sino que a medida que disminuyen los costos de las tecnologías, los insumos minerales representarán una parte cada vez más importante del valor de los componentes clave, lo que hará que sus costos generales sean más vulnerables a posibles variaciones de los precios de los minerales”, reveló el reporte.
Importancia comercial aumenta
Del mismo modo, la IEA destacó que la importancia comercial de estos minerales también aumenta rápidamente. Actualmente, los ingresos de la producción de carbón son 10 veces mayores que de los minerales de transición energética.
Además, a diferencia del petróleo que es un producto producido en todo el mundo y se comercializa en mercado líquidos; la producción y procesamiento de minerales como el litio, cobalto y algunos elementos de tierras raras están concentrados en un puñado de países. Los tres principales productores representan más del 75% de suministros.
“Si bien no hay escasez de recursos, la calidad de los depósitos disponibles está disminuyendo a medida que se explotan los recursos más accesibles de inmediato. Los productores también enfrentan la necesidad de estándares ambientales y sociales más estrictos”, indicó el estudio.