El Instituto Peruano de Economía (IPE) realizó un informe evaluando el impacto del COVID-19 en la economía peruana. En este analizan cómo ha afectado el cese de actividades en importantes sectores como el agropecuario, pesca, turismo, construcción y por supuesto, el sector minero.
En la octava semana de Estado de Emergencia, el número de casos confirmados y de fallecidos por coronavirus sigue incrementando a tasas más altas de las esperadas. Ante esta situación, el Gobierno decidió volver a extender las medidas de aislamiento social obligatorio por dos semanas más, es decir hasta el 24 de mayo.
Sin embargo, el parón ha causado importantes estragos económicos. Según el MTPE, diversas empresas han solicitado la suspensión perfecta de labores para más de 200 mil trabajadores. Ante la necesidad de reactivar la actividad productiva y mitigar el impacto de la pandemia, el Gobierno aprobó el Decreto Supremo que determinó que 27 actividades -incluidas en los rubros minería e industria, construcción, comercio y servicios y turismo- están autorizadas a retomar sus actividades en la Fase 1 que inicia este mes. Esto bajo estrictos protocolos de seguridad y sanidad.
En cuanto al sector minero, el IPE, empleando datos del Banco Central de Reserva (BCR) señala que en el mes de marzo las exportaciones de minería tradicional descendieron en un dramático 37,1%. Una cifra, sin embargo, comprensible debido al cierre de fronteras y otras medidas implantadas por el Gobierno Peruano y otros países. China, uno de los mayores socios en este campo, recién volvió a retomar sus actividades tras una mejora en la pandemia.
En el documento, también se señala que además de los protocolos planteados por los ministerios correspondientes, las empresas mineras tendrán que presentar sus propios planes sanitarios que se ajusten a las operaciones que realizan. Estas tendrán que ser aprobadas por el Minem y el Minsa. Los protocolos de minería requieren, como en otros sectores, medidas de distanciamiento social entre trabajadores y pruebas de sintomatología al ingreso a las instalaciones, así como contar con campamentos mineros o de alojamiento a los trabajadores.
Según fuentes del sector minero, en las operaciones de tajo abierto el distanciamiento social suele ser lo usual, ya que regularmente operan a muchos metros de distancia entre sí. De la misma manera, el personal minero en empresas grandes, suele utilizar equipos de protección personal durante la jornada laboral.
De acuerdo con la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), se espera que cerca de 22 empresas correspondientes a la gran minería retomen su producción durante la próxima semana, siempre y cuando haya celeridad en la verificación de los planes sanitarios por compañía. Este conjunto de empresas representa aproximadamente el 95% de la producción nacional de cobre, el 65% de la producción de plata, 62% de zinc y 26% de oro.
Asimismo, según el Minem, la reactivación de la gran minería generará más de 68,000 empleos directos. Más aún, en esta primera fase también se reanudaría la construcción de dos grandes proyectos mineros: Mina Justa y Ampliación Toromocho. Por el contrario, la inversión en Quellaveco – proyecto de más de US$ 5,000- continuará suspendida por otros tres meses.