Argentina está atrayendo la atención de las grandes empresas mineras globales, como Lundin Mining, Glencore y First Quantum, que están dirigiendo sus inversiones hacia proyectos de minería de cobre en el país. Las políticas pro-inversión del presidente Javier Milei han sido clave para esta nueva ola de interés en los vastos depósitos de cobre en los Andes argentinos, esenciales para la transición hacia la electrificación y la lucha contra el cambio climático.
A pesar de compartir una geología rica en cobre con Chile, líder mundial en exportaciones de este metal, Argentina ha subutilizado sus recursos hasta ahora. Sin embargo, con un gobierno decidido a cambiar esta situación, el país podría convertirse en un destacado proveedor de cobre para el año 2035, generando exportaciones por más de 8 mil millones de dólares al año si los planes para más de 20 proyectos de cobre se materializan, según estimaciones del grupo minero Caem.
La apertura económica promovida por Milei ha despertado un renovado interés en la inversión en Argentina. Los planes de reforma incluyen el RIGI, un paquete de beneficios destinado a atraer inversores a gran escala, lo que podría desencadenar un boom en la industria minera del cobre. Proyectos como Los Azules, operado por la empresa canadiense McEwen Copper Inc., representan inversiones significativas que podrían transformar el panorama económico del país en los próximos años.
A pesar de las perspectivas económicas positivas, las empresas mineras enfrentarán desafíos importantes en Argentina, particularmente en términos de preocupaciones ambientales y sociales. La colaboración con las comunidades locales, la obtención de licencias ambientales y la preservación del equilibrio entre el desarrollo económico y la protección del entorno serán cruciales para el éxito sostenible de los proyectos de minería de cobre en el país.