En un movimiento que promete revolucionar el sector minero en Argentina, McEwen Copper, una unidad de McEwen Mining, ha asegurado una inversión de US$ 35 millones de Nuton, una innovadora empresa tecnológica creada por el gigante minero Rio Tinto. Esta inyección de capital está destinada a financiar el estudio de viabilidad de su ambicioso proyecto Los Azules, ubicado en la provincia de San Juan. Con expectativas de producción significativas, esta inversión no solo resalta el potencial del yacimiento, sino también la creciente importancia de la tecnología en la extracción de recursos.
El proyecto Los Azules se ubica a 80 km al noroeste de Calingasta, en una sorprendente zona de la Cordillera de los Andes, a 3,500 metros sobre el nivel del mar. A pesar de su altitud, el yacimiento posee una extensa mineralización que abarca más de 4 km. El potencial mineral se traduce en 10.9 mil millones de libras de cobre en su categoría indicada, y 26.7 mil millones de libras en la categoría inferida. La magnitud de este proyecto es impresionante, ya que se espera que genere un promedio de 322 millones de libras de cobre al año durante una vida útil proyectada de 27 años.
La inversión inicial de McEwen Copper fue de US$ 70 millones, de los cuales ya ha recaudado un total de US$ 56 millones gracias a diversas aportaciones, incluyendo los US$ 14 millones de su empresa matriz y los US$ 5 millones de Rob McEwen, su presidente. La participación de Nuton no solo refuerza la confianza en el proyecto, sino que también marca un ejemplo del enfoque moderno y tecnológico en la minería, un sector tradicional en búsqueda de innovación para mejorar su eficiencia y sostenibilidad.
Con una evaluación económica preliminar que proyecta un valor de US$ 2.7 mil millones y una tasa interna de retorno del 21.2%, el futuro de Los Azules parece prometedor. McEwen Copper está en la fase de desarrollo de un estudio de viabilidad que debería finalizar en 2025, lo que podría cimentar aún más la relevancia de Argentina en el mapa global de la minería del cobre. Así, el país andino se posiciona no solo como un productor de recursos, sino como un ejemplo de cómo la tecnología y la inversión pueden transformar la industria.