Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) está llevando la producción de carbonato de litio a nuevos niveles. La planta industrial, ubicada en el emblemático salar de Uyuni, ha incrementado su producción diaria de tres a impresionantes 13 toneladas métricas, con expectativas de alcanzar las 20 toneladas en las próximas semanas. Jorge Chambi, gerente de Operaciones y Mantenimiento, compartió este emocionante progreso, señalando que esta evolución se debe a un enfoque estratégico en la optimización de los procesos y la mejora de los equipos de producción.
La historia de esta planta industrial es una de adaptabilidad y mejora continua. Comenzando con una producción diaria relativamente modesta de entre dos y tres toneladas, el equipo enfrentó un periodo de estabilización. Sin embargo, la implementación de un robusto Plan Estratégico, que priorizó la mejora de las piscinas de evaporación y la adquisición de tecnología avanzada, ha permitido que la planta aumente su capacidad de manera efectiva. Chambi también mencionó que los nuevos sistemas de granulación son clave en este crecimiento, lo que demuestra un compromiso con la innovación en el sector.
Desde su inauguración en diciembre de 2023, la planta ha sido objeto de un exhaustivo proceso de reingeniería, realizado por el personal boliviano ante diversas observaciones técnicas. Este enfoque proactivo ha permitido que la planta comience su producción a un 30% de su capacidad, con una clara trayectoria hacia una producción máxima estimada de 15.000 toneladas métricas anuales. Este esfuerzo no solo responde a la creciente demanda global de litio, un mineral esencial para la industria de baterías, sino que también posiciona a Bolivia como un jugador fundamental en el mercado del litio.
Con cada avance, YLB no solo se enfoca en cumplir con sus objetivos productivos, sino también en consolidar la industria del litio boliviano a nivel internacional. La estrategia de alcanzar 20 toneladas diarias es un paso significativo hacia la autosuficiencia y el desarrollo económico del país. A medida que la planta sube de nivel, el impacto en la economía local y las oportunidades laborales también aumentan, sembrando las semillas para un futuro brillante y próspero en una de las industrias más prometedoras del siglo XXI.