A menos de un año de su puesta en marcha oficial, la Mina Chuquicamata Subterránea, ubicada en la región de Antofagasta, en Chile, comienza a entregar positivos resultados de producción.
Es así como a fines de marzo pasado y antes de lo presupuestado, Chuquicamata Subterránea consiguió extraer un millón de toneladas hacia la pila mina, por medio del sistema de manejo de materiales.
Respecto a este logro, Juan Cristóbal Videla, gerente de Chuquicamata Subterránea, manifestó que “todo el equipo ha estado a la altura del desafío: hemos ido implementado nuestro modelo de operación, con prácticas de productividad que permiten ver con buenos ojos cómo vamos a ir afrontando los períodos futuros de mayor exigencia. Y por otro lado, se han podido capturar aprendizajes del comportamiento real de nuestra roca en ambiente subterráneo y con eso aumentar las tasas de crecimiento del primer macrobloque, también de las velocidades de extracción”.
En esta línea, el ejecutivo explicó que este hito es el primero de otros que esperan alcanzar en el corto y mediano plazo. En términos técnicos esto implica “que en producción, hoy estemos alcanzando en forma creciente ‘rates’ en torno a las 20.000 tpd y respecto del crecimiento tenemos hundidos unos 35.000 m2, que equivalen aproximadamente al 40% de la superficie del macrobloque”.
Además del millón de toneladas extraídas, otro de los logros de la operación es haber conectado de muy buena manera la cavidad que genera la explotación subterránea con el fondo del rajo. “Esto técnicamente nos permite tomar nuevas y mejores estrategias de producción. Por otro lado, esperamos hundir el 100% del primer macrobloque durante este año y también iniciar las primeras calles con extracción mediante equipos automáticos tele operados desde nuestro Centro Integrado de Operaciones”, agregó Videla.
Como se recuerda la mina Chuquicamata Subterránea es un proyecto estructural y estratégico que representa parte importante del futuro de Codelco. Esta consiste en la transformación del rajo abierto más grande del mundo en una gigante operación subterránea que permitirá explotar parte de los recursos que quedarán bajo el actual yacimiento, el que -tras haber entregado riqueza a Chile por casi 100 años- dejará de ser rentable dentro de la próxima década.