Después de casi 5 meses de la irrupción del coronavirus en Wuhan (China), la pandemia ha llevado a más de la mitad de la humanidad al confinamiento estricto, provocando crisis sanitarias en los estados y tumbas desajustes en la economía global. En varios países, el conflicto parece comenzar a estar bajo control, mientras que continúa avanzando hacia una «nueva normalidad», con medidas y protocolos de distanciamiento social. Sin embargo, en Sudamérica, el virus continúa expandiéndose a gran velocidad. Chile es el tercer país con mayor cantidad de infectados, después de Brasil y Perú. Por eso, algunas industrias más importantes han tenido que tomar medidas estrictas de seguridad y seguir protocolos impuestos por el gobierno para continuar con sus operaciones. En lo que respeta al sector minero, y según los últimos índices , el 6,3% de los infectados del país son de dicha industria.
El sector minero ha adoptado protocolos propios, como la utilización de barbijos dentro del área de trabajo y la necesidad de lavar las manos con frecuencia. Estas acciones apuntan a mantener abierta la producción, aunque ya se estima una reducción promedia del 35%. Sin embargo, se estima que la crisis no afectaría en gran medida a la industria minera. Aún no se han registrado despidos masivos, como consecuencia de la crisis, y todo indica que el tercer trimestre será muy bueno. Si bien es difícil de proyecto, los expertos vaticinan un crecimiento de entre 4 y 5% para el 2021. Tras una breve recesión, habrá una repunte y una mayor demanda, con precios competitivos.
El presidente de Sonami, Diego Hernández, se mantiene optimista. Explica que la situación en las minas está controlada y que los efectos adversos de la crisis no serán tan graves. Además, el gran alcance y poder de la tecnología ha ayudado a mejorar los procesos de las organizaciones. A través de diversas aplicaciones y plataformas, hoy en día es posible monitorear muchas operaciones sin la necesidad de estar en el lugar de trabajo. Esto ha ayudado a que muchas empresas continúen trabajando sin sobresaltos y haya reabierto el debate del impacto de la innovación tecnológica y el «Internet de las Cosas» en este sector.
Según recientes estudios, un gran número de organizaciones y empresas en todo el mundo ya han empezado a implementar proyectos de IoT para intentar reducir de manera gradual tanto costos fijos como fuerza laboral. Se espera que la introducción de procesos tecnológicos en este sector gane un gran terreno en los próximos años, ya que cada vez que sus ventajas logran ser más obvias. Situaciones tan delicadas cómo la estamos viviendo un día de hoy, nos acercamos cada vez más al uso de la tecnología y la adopción y automatización de operaciones que reducen el impacto medioambiental y aportan seguridad y salud a sus trabajadores.
Si bien la crisis puede impactar en gran medida la economía mundial, y la sudamericana y chilena en particular, Chile apuesta por generar avances tecnológicos que pueden continuar produciendo y esperar a los mercados recuperando sus valores de cambio.
Fuente: Minería Chilena