El precio del cobre está en sus máximos históricos producto de la contracción de la oferta provocada por el regreso de las restricciones sanitarias en Chile.
Demandado por la industria debido a sus propiedades superconductoras, su precio cayó en el segundo trimestre de 2020 producto de la crisis económica por la pandemia de COVID-19 que detuvo la producción de la industrial mundial, desplomando la demanda.
A lo largo del 2020, el precio del cobre -como el de otros metales como el acero- comenzó a recuperarse con intensidad desde junio, incluso alcanzando precios récords nunca antes vistos antes de la pandemia.
Sin embargo, a un año del inicio de la pandemia, el precio ahora está creciendo con mayor velocidad que los meses previos, ante la nueva ola de contagios que está azotando a Chile, el mayor productor mundial del metal.
Ahora, en lugar de una caída, como en marzo pasado, se ha dado un repunte producto de la reactivación de las medidas sanitarias como el cierre de fronteras, que han creado escasez del metal en los mercados mundiales, donde cotiza a más de 9,125 dólares por tonelada, cifras no vistas desde 2010.
A pesar de que Chile destacó en la prensa internacional debido a su avanzado esquema de vacunación -que ya ha inoculado con una dosis al 30% de la población y con ambas al 15%-, en los últimas semanas alcanzó cifras récord de contagios así como una ocupación hospitalaria casi total.
Mientras que en México el encarecimiento del metal se reflejó en el Índice Nacional de Precios al Productor creciendo 9.57% en marzo y presionando a la inflación general en 0.026 puntos.
Dentro de las industrias manufactureras, las de transformación de productos metálicos se colocaron en el tercer lugar entre las que presentaron mayores aumentos en sus precios al productor, debido también al aumento del mineral.
A nivel mensual, la producción de estos insumos se encarecieron en 1.78% para los bienes intermedios y 1.69% para los bienes finales, mientras a lo largo del año la volatilidad en los precios de los metales ha mantenido incrementos anuales entre el 8 y el 12%, con importantes impactos en los costos de la construcción, y en industrias como fabricación de maquinaria y equipo, componentes eléctricos, transporte, entre otros.
A corto plazo y mediano plazo, la estabilización de los precios del superconductor dependerá casi exclusivamente de las medidas de salud que adopte el país sudamericano para afrontar la nueva ola.
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