Hace cuatro meses se produjo uno de los hitos más importantes para el sector energético en el año: el anuncio del cierre de todas las plantas a carbón del país a 2040.
En la ocasión, se entregó un cronograma de corto plazo con el cierre de las carboneras más antiguas, además del compromiso de, cada cinco años, revisar los tiempos para las salidas de las demás unidades.
Pero pese al poco tiempo transcurrido, en el gobierno decidieron activar un plan para adelantar la meta de 2040, sobre todo teniendo en cuenta la proximidad de la COP25. Esto incluye conversaciones directas con las empresas eléctricas, tal como lo reconoció ayer el ministro de Energía, Juan Carlos Jobet.
“Estamos conversando con las compañías de a una para ver qué espacio hay. Estamos en contacto permanente con ellas, para ver si hay espacio y acelerar eso”, sostuvo el ministro.
En relación con una posible mesa de trabajo con las eléctricas, Jobet dijo que esto no está en sus planes por ahora, y añadió que, cuando haya reacciones concretas por parte de las estas, las darán a conocer.
“Se han ido generando condiciones para acelerar el plan. En la medida que pase el tiempo, va a quedar de manifiesto que la meta a 2040 no fue suficientemente ambiciosa”, señaló Jobet.
Reacciones
Aunque en privado la propuesta del Ejecutivo causó cierta extrañeza entre las empresas generadoras, dado el escaso tiempo transcurrido desde el anuncio; el presidente ejecutivo de Generadoras de Chile, Claudio Seebach, entregó un mensaje de apertura a la idea.
“En la medida que se den las condiciones necesarias para un mayor desarrollo renovable, en temas como flexibilidad y capacidades transmisión, se podrán adelantar las metas propuestas, tal como lo contempla el plan presentado en junio pasado”, indicó Seebach.
Fuentes de la industria sostuvieron que, para que se pueda concretar el adelanto de la meta, se deberá avanzar en paralelo con una ley de flexibilidad que dé las señales correctas de mercado, allanando una mayor penetración de energías renovables solar y eólica.
La exministra de Energía, Susana Jiménez, había anunciado el año pasado que este año ingresaría un proyecto en esta línea, pero el ministro actual decidió modificar la fórmula. Por ello, esta norma ya no se discutirá en el Congreso en 2019.
En la industria esperan que el gobierno avance en sentar las bases para la construcción de nuevas líneas de transmisión, necesarias para abastecer la demanda futura y fomentar la entrada de energía renovable. El primer paso será la licitación de la denominada “megalínea” paralela a Polpaico-Cardones, la primera en corriente continua del país y que requerirá una inversión de US$1.000 millones.
Las primeras ocho
El plan de descarbonización tiene contemplado en su primera fase, cerrar las ocho centrales a carbón más antiguas del sistema en los próximos cinco años. Engie ya dio el primer paso con la desconexión de las dos primeras: las unidades 12 y 13 de Tocopilla.
Fuente: Pulso