El sector minero chileno afronta un cambio trascendental con la reciente implementación del nuevo royalty, llevando a las compañías a duplicar sus pagos a las arcas del Estado. Antofagasta Minerals destaca por un notorio aumento del 158% en el impuesto minero durante el primer semestre de 2024, alcanzando los US$126,4 millones en comparación con tan solo US$49 millones en el mismo período del año anterior. Este incremento no solo refleja un ajuste obligatorio, sino que también provoca un inquietante impacto en la competitividad de una industria que ha contribuido con cerca de US$60.000 millones en impuestos en las últimas dos décadas.
A medida que las principales empresas mineras, como Lundin Mining, reportan aumentos significativos en sus contribuciones fiscales, surge una preocupación legítima: ¿será este aumento en la carga impositiva un lastre para el crecimiento del sector? Con un total de US$287 millones en impuestos reportados por Antofagasta Minerals en el primer semestre de 2024, estos pagos esenciales aportan resistencia a la economía chilena, pero al mismo tiempo, ponen a la industria en una encrucijada. La necesidad de equilibrar la inversión en sostenibilidad y la rentabilidad operativa parece más crucial que nunca.
Las cifras continúan sorprendiendo, con Collahuasi anotando un impresionante 104% de aumento en su contribución fiscal en comparación con 2023, sumando US$220 millones. Mientras tanto, Escondida, la mayor minera privada del país, registró un incremento del 96% en el royalty, consolidando el panorama de un sector que ahora enfrenta una carga tributaria promedio que podría elevarse a 44,7% en utilidades antes de impuestos. Los altos costos asociados a este nuevo régimen fiscal, sumados a la incertidumbre en permisos y aumento de precios de energía, crean un ambiente desafiante para las operaciones mineras.
Sin embargo, estas empresas se esfuerzan por adaptarse a la nueva realidad. A pesar de los riesgos y obstáculos emergentes, como afirma Lundin Mining: «mantenemos un compromiso firme con la sostenibilidad y la eficiencia operativa». Este compromiso, junto con una administración cuidadosa de los costos, será esencial para que las compañías no solo sobrevivan, sino que también encuentren formas innovadoras de mantenerse competitivas en un mercado global en constante evolución. La minería chilena está en una encrucijada, y el reto será navegar este nuevo paisaje tributario para asegurar un futuro próspero.