Durante el primer semestre de este año, Minera Zaldívar redujo sus emisiones de gases de efecto invernadero (alcance 1 y 2) en un 50% . Esto gracias a que, en 2018, realizó un contrato de largo plazo con Colbún para obtener suministro eléctrico de origen 100% de fuentes no contaminantes, el que comenzó a regir en julio de 2020.
Con ello, la compañía se transforma en la primera minera chilena en implementar un acuerdo de este tipo para enfrentar el cambio climático y contribuir con energía segura, competitiva y sustentable al desarrollo productivo del país.
Tras un año de funcionamiento con esta nueva matriz energética, Julio Castillo, gerente general de la Compañía, expresó que “estamos muy orgullosos de lo obtenido hasta ahora con las acciones concretas que hemos desarrollado para reducir las emisiones de gases efecto invernadero. Esta es una de las formas más potentes de cuidar el medio ambiente y de hacernos cargo de contribuir al desarrollo de minería para un futuro mejor”.
El contrato tiene una duración de 10 años y se enmarca en la Estrategia de Cambio Climático de Antofagasta Minerals. Por esta razón, el avance logrado por Zaldívar se extenderá al resto de las compañías del Grupo durante 2022.
“Gracias a los contratos que suscribimos con distintas empresas generadoras, a partir del próximo año todas nuestras operaciones van a utilizar energía eléctrica que provenga de fuentes no contaminantes, lo que es un paso muy relevante en nuestro objetivo de avanzar hacia la neutralidad de carbono”, explicó René Aguilar, vicepresidente de Asuntos Públicos y Sustentabilidad de Antofagasta Minerals.
Reducción de emisiones
En 2018 el Grupo Minero fue una las primeras empresas de la industria en adoptar una meta de reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) de Alcances 1 y 2, la que se fijó en 300.000 toneladas de CO2e a 2022. Dos años antes de lo estipulado, en 2020, dicha meta fue probablemente duplicada, ya que se redujeron las emisiones en 580 mil toneladas.
A partir de lo anterior, en mayo de 2020 se establece un nuevo objetivo: reducir sus emisiones directas e indirectas (alcance 1 y 2) en un 30% al año 2025 respecto de sus valores de 2020, lo que equivale a 709. toneladas de CO2e. Además, se llegaría a la neutralidad de carbono en 2050 o antes si los avances tecnológicos lo permitieran.