El miércoles se dio a conocer uno de los fallos más esperados del último tiempo. La Corte Suprema entregó su sentencia sobre el proyecto Minera Dominga -ligado a Andes Iron, firma controlada por la familia Délano-, que acogió el recurso de casación interpuesto por opositores al proyecto.
En su decisión, la Suprema ordenó que el caso volviera al Primer Tribunal Ambiental de Antofagasta, ahora a resolver sobre los temas de fondo, es decir, si el proyecto se ajusta o no a la normativa ambiental vigente.
Esta sede tiene 10 días para requerir el informe de la Corte Suprema, y luego 30 días hábiles para la dictación de su sentencia. Sin embargo, estos tiempos son solo referenciales, y lo que creen expertos es que en realidad se tome más tiempo.
“En la práctica uno podría esperar que al menos esté entre 4 y 6 meses en el Tribunal, más aún cuando se trata de resolver una cuestión de fondo, controvertida, y que requiere pronunciamientos técnicos relativos a la línea de base y a los impactos ambientales, sostuvo el exsubsecretario de Medio Ambiente y socio de Moraga y Cía., Jorge Canals.
Estos plazos serían más breves que lo que toma un caso promedio, dado que la Corte Suprema ya zanjó la mayor parte de las discrepancias relativas a Dominga, quedando solo aspectos puntuales y técnicos por analizar.
El coordinador de litigios de la ONG ambiental Fima, Diego Lillo, explicó que los procedimientos tramitados en el Tribunal Ambiental de Antofagasta son más cortos que en los otros dos tribunales de este tipo -Santiago y Valdivia-, porque tiene una carga de trabajo menor.
“Es difícil de determinar, pero debieran ser unos 5 o 6 meses como mínimo”, señaló.
Sin embargo, otros involucrados son más conservadores con los plazos. En el caso de la directora ejecutiva de Oceana, Liesbeth van der Meer, el proceso que estiman no debiese ser en un corto plazo.
“Actualmente el Primer Tribunal Ambiental de Antofagasta no tiene ministros de reemplazo, por lo que es aún más incierto el plazo”, dijo.
Otra vez a la Suprema
El fallo del máximo tribunal fue celebrado tanto por Andes Iron como por los opositores al proyecto. Esto, ya que Dominga queda con posibilidades de que se ejecute, pero aún en un terreno incierto.
Sin embargo, el caso puede volver a escalar a la Suprema, únicamente con recursos de casación.
“Atendida la naturaleza de lo que se ha solicitado resolver al Tribunal Ambiental y la conformidad con que reaccionaron públicamente las partes, permite suponer que la sentencia será nuevamente recurrida de casación ante la Corte Suprema”, dijo el exfiscal del Ministerio del Medio Ambiente, Jorge Cash.
En tanto, Diego Lillo, cuya ONG es parte del caso, explicó que si Dominga gana este nuevo juicio y el procedimiento se retrotrae al informe consolidado de evaluación, “nosotros tendremos derecho a impugnar esa nueva Resolución de Calificación Ambiental, primero ante el Comité de Ministros y luego ante el Tribunal Ambiental y la Corte Suprema, por casación nuevamente”.
Lillo agregó que “con el fallo de anteayer, Dominga ha perdido más de dos años de tiempo, los que en esta clase de negocios son claves”.
Por último, para Liesbeth van der Meer, los plazos se alargan para la empresa, ya que la causa vuelve al Tribunal Ambiental y posteriormente podría volver a la Corte Suprema.
“Si el máximo tribunal decidiera que se tenga que retrotraer, recién se volvería a la Comisión de Evaluación Ambiental de Coquimbo. Recordemos que los tribunales no pueden aprobar proyectos, por lo tanto, esto extiende de mayor forma los plazos para las empresa”, indicó.
Fuente: Pulso