Chile, reconocido por su riqueza en recursos naturales, ha dado un paso decisivo para consolidar su liderazgo en la producción de litio al priorizar seis sistemas salinos para el desarrollo de proyectos privados. La ministra de Minería, Aurora Williams, anunció que a partir de octubre comenzarán las consultas indígenas en las regiones de Tarapacá, Antofagasta y Atacama, marcando un esfuerzo por incluir las voces de las comunidades locales en esta prometedora iniciativa. Esta estrategia pone de manifiesto el compromiso del gobierno chileno con una minería responsable y sostenible que respete los derechos de los pueblos originarios.
El ministro de Economía, Nicolás Grau, también destacó que el desarrollo de estos proyectos se gestionará a través de licitaciones públicas, buscando fomentar la transparencia y la competencia efectiva entre los interesados. Hasta el momento, 20 empresas han manifestado interés por las zonas identificadas como de alto potencial para el litio, lo que representa cerca del 38% de todas las propuestas iniciales relacionadas con salares en el país. Con esta base sólida, Chile está en una posición privilegiada para atraer inversiones que no solo potencien su economía, sino que también fortalezcan su papel en el mercado global del litio.
Los salares seleccionados para este impulso son Coipasa, Ascotán, Ollagüe, Agua Amarga, Piedra Parada y Laguna Verde, cada uno de los cuales promete contribuir significativamente a la producción de este metal esencial para tecnologías limpias. Actualmente, Chile es el segundo mayor productor mundial de litio, con apenas dos empresas operando en el codiciado salar de Atacama. Este concentrado impulso trae la promesa de diversificación y dinamización del sector, que podría transformar el paisaje energético del país.
Para facilitar la llegada de inversores, el gobierno ha establecido requisitos claros y rigurosos para la extracción de litio, asegurando que solo empresas con experiencia, recursos adecuados y propiedad minera en la zona puedan participar. Grau explicó que, con la implementación de un porcentaje mínimo de concesiones mineras, se busca acelerar los procedimientos y minimizar posibles controversias en el futuro. Este enfoque no solo augura un aumento en la producción, sino que también refleja la intención de Chile de liderar con responsabilidad en la transición hacia una economía más verde y sostenible.