La pandemia, para ella, fue una oportunidad que aprovechó para tomar el desafío del Programa “Aprendices de Codelco” que desde el año pasado incorpora solo mujeres que aspiran a ingresar a la empresa.
“Ha sido un cambio en mi vida, porque ahora tengo estabilidad y me siento más tranquila. En mi familia están todos felices”, cuenta.
Todas las mañanas, de impecable uniforme y por más de 14 años, Carmen Sandoval (41) recorrió las calles de Coya en su furgón escolar para llevar a niños al colegio. “A pesar de vivir tantos años acá y estar tan cerca, no conocía la mina El Teniente”, reconoce.
Por eso, nunca estuvo en sus planes llegar a trabajar en la División, pero la pandemia cambió sus expectativas. El transporte escolar fue uno de los rubros que se vio fuertemente golpeado y Sandoval tuvo que reinventarse.
“A través de la Dirección de Desarrollo Comunitario de El Teniente llegó un ofrecimiento a las juntas de vecinos y se presentó esta oportunidad para postular al Programa de Aprendices. Estaba dentro del rango de edad y dije voy a atreverme”, cuenta.
Semana a semana fue superando los desafíos y cuando terminó la etapa de inducción, que duró cuatro meses, pudo finalmente subir a la mina. “Me tocó la reducción secundaria, que fue lo primero en que nos especializamos. En ese lugar se hacen varios procesos y nosotros ponemos los explosivos directamente a la piedra. Estuve tres meses ahí”, relata.
Cuando llegó la temporada estival, a Carmen se le presentó la oportunidad para cubrir los puestos de trabajo de algunos compañeros que salieron de vacaciones. Con su curso de pala LHD de 21 toneladas y el del camión LH663 aprobados, cuenta que fue su jefe de turno quien confió en sus habilidades para que se hiciera cargo de la conducción. “Hice mis horas de vuelo y quedé fija. De ahí no me bajaron más”, comenta riendo.
“No tengo palabras para describir cómo fue el primer día. Era todo tan distinto. Fue una experiencia linda y lo que más me satisface es aportar, porque desde el primer día que me subí al camión, fui un aporte para la unidad”, sostiene con orgullo.
El cambio, de llevar escolares a transportar 60 toneladas de roca, significó un gran avance profesional para Carmen, transformación que involucró también cambios positivos para su familia. “Siento que me puedo parar en cualquier lado con lo que ahora sé. Ha sido un cambio en mi vida. Ahora tengo estabilidad y eso me permite estar más tranquila porque soy mamá soltera y este año mi hija entró a la universidad”, afirma.
“En mi familia están todos felices. Mis papás son adultos mayores y para ellos es un orgullo. Siempre dicen: mi hija opera camiones y a veces la gente no cree o responden chuta, la Carmen, no puede ser“. Y me preguntan y les digo que sí, que la Carmen opera esos camiones grandes. Y yo, feliz”, dice.
Durante 2021, el Programa Aprendices de Codelco sumó a 117 personas, todas mujeres.
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