Cerrejón solicitó el viernes al Ministerio de Trabajo convocar un tribunal de arbitraje para resolver una disputa con su sindicato de trabajadores más grande y levantar una huelga de más de 70 días.
La huelga comenzó el 31 de agosto después de que Cerrejón y el sindicato Sintracarbon no pudieron llegar a acuerdos sobre aumentos salariales, así como beneficios de salud, educación y vida para los trabajadores.
La decisión de Cerrejón, que es propiedad igualmente de los pesos pesados de la minería BHP Group, Anglo American y Glencore, de incorporar un nuevo turno de trabajo que Sintracarbon ha calificado como “el turno de la muerte” se ha convertido en el principal escollo en las negociaciones.
La empresa “confía en que el tribunal arbitral procederá de manera ágil para que se puedan reanudar las operaciones”, dijo en un comunicado.
Cerrejón dice que el nuevo cambio es necesario para garantizar la viabilidad de su operación en medio de los bajos precios del carbón y la caída de la demanda.
Sintracarbon, por su parte, sostiene que el turno aumentará la duración de la jornada laboral, afectará la salud de los trabajadores y provocará la eliminación de 1.250 puestos de trabajo, aunque Cerrejón dice que solo se perderán 700 puestos de trabajo.
Representantes de Cerrejón y trabajadores han mantenido reuniones durante las últimas dos semanas, mediadas por el Ministerio de Trabajo, la Asociación Nacional de Empresarios y la Central Sindical de Trabajadores (CUT), pero no se ha llegado a un acuerdo.
Sintracarbon no estuvo disponible de inmediato para comentar.
Hasta ahora, Cerrejón no ha entregado estimaciones sobre el impacto de la huelga en su producción o ingresos, aunque Glencore recortó su guía de producción de carbón para el año en un 5,7% debido a la huelga.
Cerrejón es un complejo integrado de minería y transporte en la provincia colombiana de La Guajira, en el noreste del país, que incluye una mina a cielo abierto, una línea férrea de 150 km (93 millas) y un puerto caribeño.