Esta decisión, antecedida por el cierre de las minas de El Hatillo y La Francia, en el Paso (Cesar), por parte de la multinacional Colombian Natural Resources (CNR), no es un asunto menor. Prodeco es de la tercera empresa productora y exportadora de carbón en Colombia, participando con el 25% (15,3 millones de toneladas) en 2019, sólo superada por Drummond y El Cerrejón (de la cual 33,3% de participación accionaria pertenece a Glencore, matriz de Prodeco).
Es, además, la segunda empresa que más empleo genera en el Cesar, después de Drummond, con 4.500 operadores, de los cuales 1.200 son por contratación directa. Tanto el departamento como los municipios de La Jagua y Becerril, que recibieron en el bienio 2019-2020 65.000 y 15.000 millones de pesos respectivamente, verán menguados sus ingresos.
Está en curso una estampida de las principales empresas carboníferas, de la banca y de los fondos de inversión, que están abandonando y desinvirtiendo en esta industria. Esto no es algo aislado ni coyuntural. Es muy diciente que los tres socios del consorcio de El Cerrejón—la australiana BHP Billinton, la suiza Glencore y AngloAmerican del Reino Unido—estén partiendo cobijas con el carbón, distanciándose de éste.
La primera en romper filas, presionada por sus inversionistas, fue Billinton, la empresa minera más grande del planeta. Adhiriéndose al Acuerdo de París, decidió reconocer el cambio climático y renunciara al carbón. Además se retiró de la Asociación Mundial del Carbón por “desacuerdos en la política contra el calentamiento global”.
Varios fondos de inversión europeos le sugirieron a la minera angloaustraliana su salida de El Cerrejón. En cuando al fondo soberano noruego, el más poderoso organismo estatal de inversiones del mundo y el destinatario de los enormes rendimientos provenientes de los yacimientos de hidrocarburos del país nórdico, decidió vetar las inversiones en Glencore y Angloamerican por su participación en la industria del carbón.
Por su parte, Glencore decidió “dar prioridad a sus inversiones para producir materias primas esenciales para la transición energética”. La AngloAmerican no se quedó atrás: a finales del año pasado resolvió apartarse de las operaciones de carbón térmico en Colombia y Sudáfrica para 2023.
Como si lo anterior fuera poco, desde el año pasado el Banco Mundial cerró todas las líneas de crédito para el financiamiento de proyectos de exploración y explotación de carbón, petróleo y gas. Estamos, pues, notificados sobre lo que se le viene a Colombia.
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