El ministro de Defensa colombiano, Carlos Holmes Trujillo, hizo un llamado a la comunidad internacional para ampliar la lucha contra las bandas de minería ilegal de extracción de oro y que también están dedicadas al narcotráfico, pues son generadoras de violencia y amenazan la democracia y el medio ambiente.
«Es imperativo que a nivel internacional logremos coincidir en la necesidad de ampliar el foco de la lucha contra estos criminales», dijo Trujillo en un evento virtual organizado por el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales en Washington, en el que se analizó el informe ‘Minería ilegal en Venezuela: muerte y devastación en las regiones de Amazonas y Orinoco’.
Holmes Trujillo resaltó que el país necesita más cooperación internacional debido a que los gigantescos recursos que producen las organizaciones criminales, fortalecen sus acciones contra la democracia.
Según Trujillo, las mayores amenazas reales contra la democracia la constituyen las estructuras criminales con tentáculos en el exterior -especialmente en la vecindad- dedicadas al negocio de las drogas ilícitas y de la extracción ilícita de minerales.
El Ministro recordó que con tal de lograr dividendos económicos esas estructuras criminales destruyen el medioambiente, porque talan bosques y utilizan cianuro o mercurio, que contaminan los ríos.
«Ambos delitos, las drogas ilícitas y la extracción ilícita de minerales, son poderosos factores de destrucción: generan pobreza, destruyen vidas, acaban con nuestro medio ambiente. Solo se benefician las cabezas de esas organizaciones y es un beneficio pasajero, efímero, cuyo fin no justifica de ninguna manera el costo que significa», dijo Trujillo.
El funcionario insistió en que la minería ilegal es una de las fuentes con las que se financian los grupos ilegales en Colombia, en donde además de afectar el medioambiente esclavizan a personas muy vulnerables.
«Esta realidad nos impone reforzar los controles en la frontera para impedir que estas organizaciones criminales, generadoras de violencia en nuestro país, no solo no sigan destruyendo nuestros recursos y asesinando a los campesinos y a nuestros líderes sociales, sino que necesitamos atacar sus fuentes de financiamiento», dijo Trujillo.
Concluyó que la extracción ilícita de minerales hace difícil rastrear las transacciones pues las leyes nacionales e internacionales no ayudan a «identificar el origen del mineral y facilita que estos recursos sean utilizados como moneda de cambio en transacciones de narcotráfico y lavado de activos».