La invasión rusa en Ucrania y la escalada del conflicto liderado por el presidente Vladimir Putin, seguirá provocando la convulsión de los mercados mundiales vinculados a los hidrocarburos y la energía, y Nicaragua no será la excepción, advierte la experta en industria energética, Patricia Rodríguez. “El petróleo lamentablemente se mueve con el vaivén de la política mundial, entonces nos afecta considerablemente sobre todo en los precios”.
En Nicaragua, el 30% de la energía que consumen los ciudadanos es térmica, es decir, producida con derivados del petróleo, lo que elevará los costos de operación de las empresas generadoras, y el impacto se trasladará a la tarifa eléctrica y recibos del servicio de los hogares nicaragüenses.
Esto también impactará al sector transporte, y todos los medios productivos del país que dependen de los derivados del petróleo, que venían sufriendo cinco semanas consecutivas de alzas en el país. Y frente a este escenario, el Gobierno no tiene ni ha presentado una estrategia para amortiguar el impacto.
Para la ingeniera Rodríguez, hay diferentes maneras de mitigar las consecuencias, y en el caso de la energía, es que se suspenda tamporalmente la aplicación del IVA en la facturación eléctrica para los consumidores, y que el Gobierno no congele los precios de los combustibles, sino que los regule y que apueste por una estrategia de largo plazo en la que el país no dependa de los derivados del petróleo, sino de la energía renovable.
Los mercados mundiales de hidrocarburos están convulsionados a causa de la invasión rusa en Ucrania. ¿Qué impacto tendrá esto para el precio del petróleo y las importaciones que realiza Nicaragua?
Sí, lamentablemente todos estos problemas que ocurren en el mundo, por la política entre países o grupos de países, impacta a países como el nuestro, donde no tenemos reservas de petróleo, por lo tanto, dependemos todavía en alto porcentaje en su uso en diferentes sectores de consumo, y en diferentes usos.
Y el petróleo, lamentablemente, se mueve con el vaivén de la política mundial, entonces nos afecta considerablemente sobre todo en los precios.
En Managua la gasolina, el litro de gasolina súper cuesta 44.39 córdobas; mientras que el diésel, que es el combustible de mayor consumo en el país, tiene un costo de 40.10 córdobas por litro, 152 córdobas en galón. ¿En qué plazo se sentirán los efectos de la crisis en Ucrania en Nicaragua?
El mercado petrolero es un mercado incierto. Yo siempre digo de que ni las personas más expertas en este mercado, que lo siguen día a día, pueden predecir cómo van a evolucionar los precios. De hecho, vimos que el viernes de la semana pasada bajó, y ya el lunes amaneció a la alza, es difícil de predecir.
¿Entonces qué pasa? Aquí las empresas que compran petróleo, y que refinan, tienen que hacer sus cálculos, digamos, en base a algunas predicciones de cortísimo plazo. Entonces, si los precios van a la alza, entonces al expectativa es que suban aquí. Y la historia nos lo dice. ¿Qué es lo que ha pasado en Nicaragua? La mayor parte de las veces que el petróleo baja, no disminuye, no solamente durante el tiempo que estuvo a la baja el petróleo sino que en diferentes proporciones. O sea, disminuye en una proporción menor a lo que bajan los precios internacionales. Sin embargo, cuando ha sido a la alza, dura muchísimo más tiempo que lo que ha subido, y en muchísima mayor proporción; y los precios que vos acabas de decir nos lo demuestran, aquí estamos pagando ya casi cinco dólares por galón de combustible.
El diésel no solo se utiliza en el transporte, sino que también hay diésel que utiliza la industria para producir, hay calderas que consumen diésel, entonces es un bien necesario para la producción, para la movilización, y eso, pues, va a tener un impacto enorme, si los precios suben. Entonces, es una situación difícil, de incertidumbre la que tenemos.
Los combustibles han experimentado cinco semanas consecutivas de alzas. ¿El precio de los combustibles podría dispararse aún más?
Sí, sin duda alguna, porque como no está regulado el margen de comercialización de las petroleras, entonces se aprovechan esas circunstancias para incrementar más de lo debido.
Esta crisis petrolera no es de ahorita, es desde los años setenta, que tenemos crisis petrolera, ¿y qué hemos aprendido de ella? Nada. Porque si hubiese habido desde la primera crisis petrolera una política energética, no solo de regulación de precios, sino también de migrar a otras fuentes de energía locales, autóctonas, no solo para la generación eléctrica sino también para el transporte, estaríamos siendo impactados en menor medida actualmente.
El petróleo es un producto geopolítico, por lo tanto, deberíamos ya de haber aprendido, nunca es tarde, pero ya tenemos más de treinta años de estas crisis petroleras, y seguimos utilizándola en un alto porcentaje los derivados del petróleo, que no los tenemos.
Y en esta ocasión, ¿la crisis en Ucrania, producirá algún impacto significativo en la generación de energía eléctrica en el país?
Sí, todavía la generación eléctrica, a pesar de los incrementos en la generación renovable, todavía representa en la época de verano, el treinta por ciento; en la época de lluvias que tenemos difíciles situaciones con el cambio climático, ya vimos el inverno pasado fue pésimo, entonces puede disminuir un poco la participación renovable e incrementarse la generación térmica, porque ya no tenemos la generación con biomasa en la época lluviosa, la generación de vientos disminuye con energía eólica.
Como tenemos todavía ese porcentaje, y los precios están altísimos, existe ese riesgo de que se incremente el precio de la energía eléctrica, por mayores costos de operación de las empresas generadoras con derivados del petróleo. Por eso es que es sumamente importante que el país continúe con el incremento de la generación renovable, porque muchos dicen –pero la generación renovable es muy cara y se tarda más-, pero te mantiene un precio estable que no está sujeta a los vaivenes de los precios internacionales del petróleo. Entonces, sí, existe esa posibilidad de que se incrementen, y eso sería algo terrible.
¿Y se puede estimar cual será el impacto de los costos de producción para las empresas?
Está difícil porque es un producto que está fuera del alcance de nosotros los consumidores, incluidos los reguladores. Entonces, yo creo que la estrategia, la prioridad en las estrategias para que nos impacte menos es no estar congelando precios, porque los congelan cuando están a la baja, sino es regular y migrar hacia otras fuentes de energía.
Es difícil decirte un porcentaje de incremento, sería muy atrevido de mi parte, pero sí, la posibilidad de que se incrementen es bien alta, a menos que nos presenten o nos ofrezcan una estrategia donde ese impacto sea nulo o muy bajo, con una buena evaluación de una política energética y con una planificación desde hoy, a largo plazo, para que migremos hacia otras fuentes de energía, que ya están disponibles no solo en el transporte sino en la generación eléctrica.
¿Y en el corto plazo qué medidas puede implementar el Gobierno para amortiguar el impacto de las alzas en los precios de los derivados del petróleo?
Yo creo que hay recursos. El sector energía es un sector donde se mueve mucho dinero, entonces creo que hay reservas. Por ejemplo, una medida podría ser el impuesto al valor agregado. Ahorita nadie, solo un pequeño segmento de la población no paga el IVA en la factura de energía eléctrica, y ese IVA es poco porque, aunque es mucha parte de la población, no son los que consumen más. ¿Entonces quiénes son? Los que consumen más son los que pagan más IVA, evidentemente. Entonces ahí podría ser, en el corto plazo, una medida para mitigar, es decir, que se suspenda la aplicación del IVA en la facturación eléctrica, ¿por qué? Porque eso va a representar un alivio para la población.
Ya tenemos bastante tiempo con un nivel de pérdida de energía alto, y que no ha bajado, entonces ya deberían de disminuir el factor de pérdida que nosotros pagamos en la tarifa, y eso ayudaría a que se disminuya la tarifa de energía eléctrica que pagamos los consumidores.
Hay varias acciones, en el sector de energía eléctrica, que el Gobierno puede implementar inmediatamente y que nos va a ayudar a mitigar los altos precios de la energía que pudiesen venir, además de los que ya tenemos, por este problema que hay de esa guerra y que está afectado los precios internacionales.
En octubre, el Gobierno congeló más de dos meses los precios de los combustibles, cuando el valor internacional del crudo bajó casi veinte dólares por barril, y los descongeló en enero de 2022, cuando estos tenían una tendencia alcista. ¿Puede o debería congelarlos ahora frente a esta crisis en Ucrania, que la tendencia es hacia el alza?
Yo pensaría que no, porque es coyuntural, y el sector energía en Nicaragua, el sector energía en el mundo tiene que tener una visión de largo plazo. Entonces, yo reitero de que congelar precios no es la solución. Lo que nosotros necesitamos son medidas estables en el tiempo, independientemente de cómo se muevan los precios del petróleo, porque esos son difíciles, sino imposibles de predecir.
Congelaron precios durante dos meses, y durante ese tiempo bajó. ¿Quién te garantiza que si congelás los precios ahorita porque la probabilidad de que en los próximos meses estemos pagando las alzas en el precio internacional del petróleo y que después en los dos siguientes dos meses baje? Es difícil.
La solución es evaluar cuáles son los costos que inciden en la definición de los precios a los consumidores finales, y tratar de regularlos, que esté al alcance de los Gobiernos, que en este caso sería los márgenes de la comercialización; y paralelamente, sí podrían congelarse algunos elementos. Por ejemplo: “-ve, petrolera, no podemos controlar el precio de compra que estás haciendo, ni el flete, ni los seguros, pero sí los márgenes tuyos, entonces por el momento, en vez de ganar el cinco por ciento, vas a ganar el dos por ciento”-. Entonces ya pueden disminuir esos precios y/o el impacto que tenga el alza en los mismos sea menor. Y lo mismo en la parte de generación eléctrica.
Que en la parte de generación eléctrica hay muchos elementos de que pueden decidirse en el cortísimo plazo, a lo inmediato, y que puedan disminuir la tarifa.
¿Y qué puede hacer el consumidor final? ¿Está indefenso ante las alzas de los derivados del petróleo, la energía y sus efectos en toda la cadena de precios?
Sí, ahorita lo que nos toca a los consumidores es tratar de disminuir el consumo de combustible en nuestros vehículos, los que tenemos vehículos particulares. Estamos en un país que hace mucho calor, pero mientras uno usa el aire acondicionado en los vehículos consume más combustible, entonces, esa sería una medida, me va a quitar confort, pero me va a ayudar a consumir menos combustible.
Digamos, hacer una ruta óptima de recorridos de las gestiones que tengás que hacer, a pesar que estamos haciendo muchísimas gestiones, sobre todo en las instituciones de gobierno, con permisos, autorizaciones, hacer una ruta óptima; tratar de conducir lo mejor posible, porque aquí conducimos mal, no tenemos tampoco educación ni vial ni peatonal, porque si tuviésemos un medio de transporte publico eficiente, no usaríamos los vehículos y solo el transporte colectivo, pero no disponemos de eso. Son pocos los recursos que tenemos para disminuir el consumo de energía, en el transporte sobre todo, son pocas las opciones que tenemos.
Yo insisto mucho en una política energética estable. Tenemos el ejemplo de Costa Rica, que las personas que llegan a la presidencia continúan con una política energética no solo de promoción del ahorro sino de la estabilidad en los precios manteniendo una generación renovable mayoritariamente, de casi el cien por ciento. Eso te permite enfrentar de una mejor manera todos estos problemas que el petróleo, por ser un producto geopolítico, nos da a los países que no tenemos ese recurso y que no tenemos una economía estable, ni prometedora, y con un ingreso per cápita bien bajo.
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