En los tiempos en los que el mundo se enfrenta a una pandemia es importante tomar todas las medidas que sean posible para actuar contra el virus y ganarle la batalla. En el caso del sector minero hay diferentes abordajes sobre el tema. Sin embargo, al pensar en la relación entre minería y salud, vemos que existe ya un vínculo fortalecido por los metales usados en la medicina.
Son una serie de metales los que se han venido utilizando por décadas en la industria de la salud para desarrollar material médico. De la gran variedad de metales disponibles, el más utilizado en la industria médica es el acero inoxidable en grados 304 y 316. Asimismo, el Niobio es utilizado en marcapasos y el tantalio en aplicaciones que requieren una alta resistencia a la corrosión y alta ductilidad. Pero sin duda, el más importante es el cobre.
La eficacia del cobre para inactivar el desarrollo de muchos tipos de microbios, ha demostrado el poder antibacteriano que tiene este metal. A pesar de que en la última década especialistas han realizado experimentos con aluminio, acero inoxidable y PVC, solo el cobre ha pasado la prueba como el metal que permite evitar el crecimiento de bacilos.
Las superficies de contacto de cobre instaladas en lugares con alta afluencia de público como colegios, medios de transportes y hospitales, ya se han aplicado en diferentes países del mundo para aminorar las enfermedades contagiosas por medio de microbios que generan el resfrío, por ejemplo.
En febrero de 2008, la Agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos, EPA, aprobó el registro de 270 aleaciones de cobre, reconociendo su propiedad bactericida en superficies de contacto.
Ahora que el mundo se enfrenta a un virus en común, como el coronavirus, el material médico en óptimas condiciones es un flanco necesario que no debería escasear. Por ello, el desarrollo de nuevos implementos médicos que cubran la demanda mundial durante estos tiempos es de suma importancia.
Desde la industria minera también se puede luchar contra el virus y para ello se debe garantizar que los metales usados en la medicina sigan con su producción.