La ciencia, la economía y la sustentabilidad conforman los fundamentos que guían las tareas de un equipo de investigadores de la UNSL que desarrolló un método innovador para la extracción del litio, uno de los elementos con mayor proyección internacional para los próximos años. Además de introducir un proceso novedoso en comparación con el utilizado en la industria comercial, el potencial del trabajo reside en el empleo de un reactivo de bajo costo, considerado un desecho.
El proyecto, denominado “Estudio de la factibilidad para un cambio gradual de escala del proceso de cloración con cloruro de calcio para la extracción de litio desde espodumeno», está dirigido por Lucía Barbosa. La integrante del Instituto de Investigación en Tecnología Química (Intequi) incursionó en el tema a partir de 2009, con su tesis doctoral, en la que planteó la búsqueda de alternativas para la obtención del elemento químico.
El trabajo logró su financiación como Proyecto de Investigación Científica y Tecnológica Start UP, tras su presentación en una convocatoria en agosto de 2020 del Fondo para la Investigación Científico y Tecnológica (Foncyt) de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación. La administración y ejecución de las partidas estarán a cargo de la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la UNSL.
El triángulo de litio
Sectores de los territorios de Argentina, Bolivia y Chile conforman el denominado «Triángulo del litio», que almacena el 85 por ciento de las reservas mundiales de este elemento conocidas en la actualidad.
“Nuestro trabajo es innovador porque permite una importante reducción de costos en el proceso de extracción, comparado con el método comercial. Empleamos un reactivo de muy bajo costo, como es el cloruro de calcio, que para muchos procesos constituye un residuo, y nosotros lo reutilizamos”, explicó Barbosa, quien trabaja en conjunto con Pablo Orozco como corresponsable del proyecto y sus colegas de la Facultad de Química, Bioquímica y Farmacia, Jorge Alberto González, Manuel Wilfrido Ojeda, Agustín Esteban Galetti y Luciana Masini; más otro integrante de la Facultad de Ciencias Económicas, Jurídicas y Sociales, Jorge Nicolás Díaz.
Además, la especialista dijo que el procedimiento actual utilizado en el mercado consiste en la lixiviación ácida en caliente (extracción sólido-líquido), que provoca una reacción en la roca mineral molida para lograr aislar el litio, un recurso que también puede obtenerse de los salares (salmueras de litio).
“Es un proceso que implica la utilización de una cantidad importante de aguas ácidas que después se convierten en residuos del proceso a cloruro de calcio y que nosotros utilizamos como reactivo, a diferencia de nuestro método, que es una reacción sólido-sólido, libre de agua porque se intercambia el calcio por el litio para extraer ese metal. Esto es muy importante porque se aprovechan recursos que producen otras industrias para obtener un metal valioso con trascendencia mundial”, sostuvo Barbosa.
El litio aún no es considerado un elemento estratégico, pese a tener implicancias geopolíticas de consideración.
El principal atractivo que tiene el proyecto para competir en el mercado es su sustentabilidad, ya que minimiza el consumo de agua y además el proceso permite obtener la anortita como consecuencia de la reacción, un subproducto reutilizable en la industria de la cerámica.
El potencial del litio reside en que es un componente fundamental para la fabricación de dispositivos electrónicos, como los celulares y computadoras, aunque su principal utilización en los próximos años se proyecta en la industria automotriz para la producción de baterías de vehículos eléctricos.
“Es un recurso con el que contamos en el país en los salares y rocas duras de nuestra provincia, Córdoba, Catamarca, Salta y Jujuy. Deberíamos cuidar y proteger esos reservorios porque hasta ahora no es considerado un elemento estratégico, pese a que tiene implicancias geopolíticas de consideración”, señaló la investigadora.
Minería urbana
Del proyecto dirigido por Barbosa también se despunta otro desarrollo paralelo denominado “Minería urbana”, que consiste en extraer litio de recursos secundarios, como son las baterías agotadas y en desuso de los teléfonos celulares, compuestas en gran cantidad por el preciado recurso.
“Por el momento estamos en una instancia de aplicación académica con dos tesis doctorales. Su importancia es que aprovechamos recursos que son considerados desechos, pese a que las baterías están compuestas por metales muy valiosos, como el litio y cobalto”, indicó la titular del proyecto.
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