Los precios del cobre se dispararon el miércoles a niveles cerca de máximos de siete años ya que las esperanzas en torno a las vacunas para combatir el coronavirus y expectativas de una fuerte demanda de parte de China desencadenaron el interés por el insumo.
A las 1112 GMT, el cobre a tres meses en la Bolsa de Metales de Londres (LME) bajaba un 0,5% a 7.258 dólares la tonelada. El declive se debía en gran parte a toma de ganancias tras una racha alcista.
Los precios del metal llegaron más temprano a 7.360 dólares, máximo desde enero de 2014 y una ganancia del 70% desde marzo.
“La vacuna ha dado un impulso a todo, China ha anunciado muchos nuevos proyectos de construcción”, dijo el analista de SP Angel, John Meyer. “Es probable que la elección de Joe Biden (para presidente de Estados Unidos) signifique más estímulo estadounidense por más tiempo y la gente está empezando a entusiasmarse con los proyectos de infraestructura”.
AstraZeneca dijo el lunes que su vacuna COVID-19 podría tener hasta un 90% de efectividad, con lo que la lucha contra la pandemia global contaría con un tercer recurso que podría tener costos menores, ser de más fácil distribución y ser también más fácil de fabricar a gran escala que otras vacunas.
Los planes de construcción de China incluyen cuatro proyectos de inversión en activos fijos por un valor combinado de 10.600 millones de yuanes aprobados en octubre.
Los precios del cobre se han beneficiado de una caída en las existencias en almacenes registrados ante la LME. Actualmente suman 153.175 toneladas, descenso de más del 15% desde mediados de octubre.
Los metales industriales eran apoyados también de la baja del dólar, que abarataba las materias primas para los tenedores de otras monedas.