Un creciente número de trabajadores del cobre en Chile, el principal país productor del metal, busca obtener una mayor parte de las ganancias inesperadas del metal, lo que aumenta la posibilidad de nuevas interrupciones en el suministro.
Esta misma semana, el sindicato en una mina propiedad de JX Nippon Mining & Metals y trabajadores de la planta en la operación Andina de Codelco rechazaron nuevas ofertas salariales, optando en cambio por continuar el paro.
Un sindicato de Cerro Colorado instó a los miembros a rechazar la propuesta final de BHP Group, calificándola de “abusiva”, y la oferta mejorada de Codelco a los trabajadores de su mina Salvador fue calificada de “inaceptable” por el sindicato.
Todavía hay tiempo para evitar paros en Cerro Colorado y Salvador, pero la retórica sugiere que será una tarea difícil. Las cuatro minas representan alrededor de 2.2% de la producción mundial. Si bien una de las mayores amenazas de suministro del mercado se neutralizó este mismo mes con un acuerdo en Escondida de BHP, las conversaciones apenas arrancaron en la principal mina de Codelco, El Teniente.
Por ahora, los operadores de cobre se centran en cómo la Reserva Federal pretende reducir el estímulo. Sin embargo, en un momento de escasez de suministros, los factores físicos podrían volver a ser el centro de atención.
Sin duda alguna, la confrontación, los acuerdos de última hora y los paros han caracterizado los ciclos anteriores de negociación colectiva en Chile, con Escondida golpeada con una huelga de 44 días en el 2017. Los productores también pueden limitar el impacto de la huelga realizando trabajos de mantenimiento.
Codelco, por ejemplo, dijo el martes que puede aún producir un poco más que el año pasado a pesar de las interrupciones en Andina.
Sin embargo, las tensiones típicas de la renovación de contratos están siendo inflamadas por los precios actuales del cobre altamente rentables y el amplio movimiento de justicia social de Chile que se ha conectado a un repunte en el nacionalismo de los recursos a nivel mundial.
Los trabajadores también esperan ser recompensados por sus sacrificios para mantener las minas en funcionamiento durante la pandemia. Adicionalmente, un paquete de bonificaciones extraordinarias otorgado a los trabajadores de Escondida llamó la atención de otros sindicatos.
Mientras tanto, las compañías se esfuerzan por mantener bajo control los costos laborales en un negocio cíclico que enfrenta insumos más caros y una menor calidad del mineral.
En el caso de la estatal Codelco, existe la responsabilidad adicional de alimentar las arcas estatales en un momento de mayor gasto en servicios sociales, y la empresa tiene en cuenta la productividad de cada mina en las negociaciones salariales.
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