Conversamos con el especialista minero, Carlos Bernal, quien es Gerente General de la Asociación de Empresas Contratistas Mineras del Perú (Acomipe) institución creada hace dos décadas gracias a una iniciativa conjunta de las compañías mineras y de empresas contratistas con el propósito de formalizar y representar a estas últimas.
¿Cuál es la labor de Acomipe?
Acomipe se fundó desde el año 1997 como una institución que agrupa a las empresas contratistas mineras, estas por figura de tercerización tienen la responsabilidad de toda la producción minera en el país. Abarcan las cuatros fases, desde la exploración, desarrollo, explotación y beneficios. Nuestra institución las representa desde hace más de veinte años y es sumamente importante porque dentro de la industria minera son cuatro instituciones representativas directamente involucradas: el Minem como ente rector, la Sociedad Nacional de Minería representante de las compañías mineras, la Federación de trabajadores y nosotros que tenemos a cargo por tercerización toda la producción minera.
¿Cómo es la relación de las empresas contratistas en el sector, tanto con la mineras como con las empresas proveedoras?
Siempre hemos tenido una relación cordial aunque no tan integrada como quisiéramos. Esa es una de las cosas que nosotros procuramos e invocamos permanentemente, la integración del sector minero. Siendo parte de una industria tan importante para el país deberíamos estar mejor cohesionados todos los que integramos la cadena de valor. Eso es un pendiente no solo en la industria, sino como país, la falta de unidad. Por ejemplo, si ante los movimientos anti mineros, las instituciones hubiéramos estado mejor integradas hubiéramos hecho un mejor frente, pero esto no ha sido así.
¿Cómo se encuentra el nivel de competitividad de los contratistas peruanos en relación con los extranjeros?
El contratista minero peruano ha alcanzado un nivel muy alto, muchas de las empresas contratistas del país tienen un nivel que les permite operar en cualquier otra parte del mundo. Muchas de las empresas contratistas afiliadas a Acomipe están operando en otros lugares como África, Centroamérica, Argentina, Ecuador; y tenemos que destacar eso porque eso da la oportunidad de exportar servicios y de hecho que la internacionalización de estas empresas nacionales es algo para sentirnos orgullosos.
¿De qué forma se ha venido desarrollando la situación para los contratistas mineros a raíz de la reactivación económica?
Como toda reactivación, todo reinicio, y más aún en las circunstancias de la pandemia de coronavirus, es bastante complicado. En realidad, para los contratistas mineros ha resultado una situación de afectación bastante grave a sus actividades. El tema de los protocolos mismos en los que se incurre en costos adicionales, en los que algunos casos los titulares no quieren reconocer, pero ahora con la pandemia los costos se han elevado por los traslados de personal y logística. Todo esto influye directamente en la actividad. Asimismo, algunos procedimientos no fueron tan céleres, a partir del mes de julio recién se ha podido superar eso y ya es un poco más ágil el tema de la aprobación para poder regresar a las minas.
Tras la pandemia, ¿considera que la tecnología estará presente más que nunca ahora en el sector?
La tecnología y la innovación se da en Perú al mismo nivel que se da en países más desarrollados. Aplicamos estándares y procedimientos de clase mundial. Aquí los grandes proyectos se manejan de forma similar que en Canadá o Australia. Aunque lógicamente hay dificultades en la medida de la pequeña minería y por costumbres tradicionales en las que hay resistencia al cambio, pero la innovación esta ahí y se pueden aplicar en esta industria que lleva años desarrollándose.
¿Cómo cree que se viene trabajando desde el Gobierno para impulsar al sector en este contexto?
Tiene que haber un cambio, todos los gobiernos han venido haciéndose un poco de lado, dejando todo a las compañías mineras y esto tiene que cambiar. Tiene que haber un acompañamiento y trabajo conjunto entre el Estado y todos los que participamos en la industria minera. Se han entregado concesiones y cuando la compañía minera ha llegado a la zona les ha estallado una bomba de tiempo porque ya hay una negatividad al desarrollo minero, eso ya no puede seguir pasando. La cartera de proyectos está detenida, no hay proyectos nuevos sino ampliaciones. Hay un reto enorme en el que el Estado y el sector privado tienen que hacer una labor conjunta para poder revertir esta situación.
La realidad nos dice que tanto el Estado como las compañías mineras han cedido espacio a movimientos anti mineros y se ha perdido mucho. Hay que recuperar eso con una política seria, responsable y agresiva pero en el buen sentido. No se trata de imponer la minería por imponerla, eso ya no funciona. Hay que comunicar mejor, distinto, desde la realidad y sin sesgos. En el mundo de hoy ya no hay secretos y hay que decir las cosas de manera transparente, sincera, directa y real.