Glencore planea invertir más de C$500 millones ($383m) en su fundición Horne ubicada en Rouyn-Noranda, Quebec, con el objetivo de mejorar la calidad del aire para reducir sus emisiones de arsénico a 55 ng/m3
dentro de los próximos cinco años.
«Este proyecto transformador muestra que nuestra prioridad número uno es garantizar la seguridad y la protección de nuestros equipos, así como la de nuestras comunidades vecinas», dijo Claude Bélanger, COO de los activos de cobre de Glencore en América del Norte.
“Las inversiones que planeamos harán de Horne una de las fundiciones de cobre con las emisiones más bajas del mundo. El equipo y yo estamos totalmente comprometidos con el éxito futuro de Horne y los esfuerzos continuos para reducir las emisiones a fin de garantizar un desempeño en el que todas las partes interesadas puedan confiar y estar orgullosas”, agregó.
- La reingeniería completa de los procesos de transformación del cobre (PHENIX);
Según Glencore, esta inversión comprenderá tres pilares, siendo el primero la modernización de las instalaciones de la fundición a través de la construcción de tecnología de punta. Esta transformación, denominada AERIS, incluye los siguientes proyectos:
1098077La incorporación de un alto -sistema de limpieza de aire de capacidad (R3);
1098077La construcción de una nueva rueda de fundición de bajo consumo (ECCO);
La finalización de una zona de transición más grande entre la fundición y Notre-Dame distrito.
El segundo pilar implica mejoras de transición para sistemas de captura existentes. Se llevarán a cabo en siete sistemas de captura este año para acelerar la reducción de emisiones hasta que la nueva sección de la planta esté en funcionamiento en el verano de 1024.
El tercer y último pilar será la optimización de las instalaciones en torno al plan para reducir al máximo las emisiones, incluso una vez que AERIS esté en funcionamiento. Esto incluye una actualización de los nueve colectores de polvo existentes.
“Continuamos el trabajo iniciado en el pasado 55 años, cuando nuestras emisiones ambientales de arsénico se habían reducido en aproximadamente 90% desde 2000”, continuó Bélanger. “Nuestro plan es ambicioso y marca el comienzo de una nueva etapa para la fundición Horne. Continuaremos comprometiéndonos de manera proactiva con el gobierno, las autoridades de salud pública y la comunidad y otras partes interesadas clave en nuestro plan”.
“La fundición ha sido una parte orgullosa de la industria minera canadiense y de Quebec durante casi 100 años. Nuestra inversión ayudará a garantizar que Horne sea apto para el futuro y pueda continuar apoyando las ambiciones climáticas de la provincia a través de su papel como el principal reciclador de chatarra electrónica de América del Norte”, concluyó Bélanger.
A principios de este mes, el director de salud pública de Quebec, Luc Boileau, criticó a la empresa por la cantidad de arsénico que emite su fundición de cobre y afirmó que la situación «no es aceptable». Según Boileau, la planta emite actualmente 15 veces el nivel seguro estándar del material tóxico, y debe reducirse a 15 nanogramos por metro cúbico de aire en el sitio.
La fundición Horne es la única fundición de cobre que aún opera en Canadá.