280mil toneladas es la producción mínima que proyecta la mina de El Roble en Chocó.
Una de las grandes apuestas del próximo gobierno en cuestión de minería tiene que ver con la exploración y producción del cobre, metal considerado como el de la transición energética.
Y las cartas de la nación están enfocadas en trece proyectos para su extracción industrial a mediana y gran escala, y con las que país se la jugará en los próximos tres años para comenzar a aparecer en el radar de los grandes proveedores del commodity en el mundo.
Así, la Nación viene monitoreando el desarrollo de las iniciativas mineras cupríferas de Quebradona, El Roble, Volador, Mandé Norte, El Carmen, San Matías, Cómita, Pantanos y Mocoa, con las que comenzará a pelar todo su cobre.
“El trabajo está en impulsar la minería industrial y a gran escala para diversificar la matriz y así no depender tanto del carbón, y hacer un énfasis en la producción de metales, como es el caso del cobre”, señaló Diego Mesa, ministro de Minas y Energía.
Por su parte, Juan Camilo Nariño, presidente de la Asociación Colombiana de Minería (ACM), recalcó que las energías renovables demandan muchos minerales y Colombia tiene el potencial para producir algunos de ellos, como el cobre. “Si no trabajamos desde ya en generar las condiciones adecuadas para fomentar su producción y abastecimiento de manera sostenible, la brecha entre oferta y demanda hará inviable la masificación de la capacidad de generación de nuevas fuentes de energía”, dijo.
El líder gremial además estimó que “en menos de 15 años, la brecha entre la demanda y la oferta de este metal superará los 5 millones de toneladas anuales, equivalente a cinco veces la producción de la mina más grande del mundo. Sin esos minerales, no es posible más movilidad eléctrica, más generación eólica o solar”.
El proyecto cuprífero que más llama la atención es Quebradona, en Antioquia, considerado por la Nación como un Proyecto de Interés Nacional Estratégico (Pine). Sin embargo, en octubre de 2021 a la iniciativa le fue archivado su trámite de licencia por la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla).
“Las principales consideraciones técnicas de la Autoridad se relacionan con: la definición del área de influencia, la caracterización de los componentes hidrogeológico, hidrológico, de geotecnia y biótico, análisis frente al depósito de relaves (residuos de la actividad minera) y a la subsidencia (hundimiento del terreno), entre otros”, resaltó la entidad.
Por su parte, voceros de AngloGold Ashanti, operador del proyecto minero, han venido explicando en varios escenarios que volverían a presentar el Estudio de Impacto Ambiental, documento base para tramitar ante la Anla una nueva licencia. Se espera que lo hagan en el transcurso del segundo semestre del presente año. Está por verse qué pasará durante el gobierno de Gustavo Petro, que ya anunció desde su campaña que no otorgaría esa licencia.
Iniciativas cupríferas
El otro proyecto para la producción de cobre, pero a mediana escala, y que es el único que registra una producción industrial en el país es El Roble, ubicado en el municipio de Carmen de Atrato (Chocó).
Su operación es subterránea y el metal es considerado de alta calidad. Desde el 2014, Ático Mining adquirió el 90% de su operación y ha llevado su extracción a niveles de 280.000 toneladas año.
En la lista de proyectos para la extracción de cobre está también el Volador de Rugby Mining y se ubica en Cobrasco (Chocó). La concesión cubre 3.000 hectáreas y el título está sujeto a una Regalía Neta de Fundición del 1%.
“Si se permiten los avales necesarios para la perforación, la exploración comenzará con un programa focalizado de mapeo geológico, muestreo geoquímico y estudios geofísicos terrestres para seguir los datos geoquímicos históricos, que definen el gran objetivo de pórfidos”, señala la multinacional en su portal.
Así mismo, está el proyecto Mandé Norte, localizado en la región del Carmen del Darién. La inversión inicial se estableció en poco más de US$20 millones, y se busca sacar cobre en un área aproximada de 16.000 hectáreas. Estimaciones de la Agencia Nacional de Minería (ANM) señalan que su depósito derivaría en una operación de 30 años con un volumen de extracción de 70.000 toneladas día.
El cuarto proyecto, también en Chocó, es El Carmen a cargo de la empresa Minera Cobre, con una inversión estimada en US$15 millones.
Además, dos iniciativas relativamente nuevas y que hacen parte del paquete cuprífero son Comitá (Chocó) y Pantanos (Antioquia), cuya inversión es de US$175 millones.
El proyecto Mocoa en Putumayo, que desarrolla la minera canadiense Libero Copper & Gold Corp., también aparece en la lista. Hace pocas semanas comenzó actividades de exploración, y en cuyo yacimiento se calcula un recurso inferido restringido que contiene 4.600 millones de libras de cobre.
Finalmente, uno de los recientes hallazgos anunciados al país para la producción de cobre es el proyecto San Matías, que opera la empresa Minerales Córdoba, y que se ubica en el municipio de Puerto Libertador (Córdoba), el cual ya está en su fase final de exploración.
El título abarca cerca de 20.000 hectáreas concesionadas y se encuentra en la etapa de exploración. En esta primera se han invertido US$25 millones, de los US$40 millones que se girarán.
Un gran potencial
Analistas consultados por EL COLOMBIANO, señalaron que si bien el país no es reconocido como potencia en cobre, cuenta con una gran prospectividad al ser atravesado por la misma formación cuprífera de Los Andes en la que se encuentran los más grandes yacimientos como los registrados en Chile y Perú.
“La Nación ha dado pasos importantes para desarrollar proyectos de cobre, dada la importancia de este mineral en la diversificación de la canasta minera. Y para que el metal sea eje central en la actividad se deben desarrollar varios proyectos. Esto tomará muchos años y no será sino hasta dentro de una década o más que veamos un cambio significativo”, explicó Nicolás Arboleda, asociado de Energía y Minas de Baker McKenzie .
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