Barrick Gold avanza a pasos firmes hacia un futuro brillante, con proyectos clave que no solo prometen incrementar la producción de oro, sino que también están diseñados para transformar su base de activos. En Nevada, la mina Goldrush, recientemente autorizada, proyecta aumentar su producción a más de 400,000 onzas anuales para 2028, mientras que el ambicioso proyecto Fourmile tiene el potencial de convertirse en una mina de primer nivel, con proyecciones de más de 500,000 onzas por año durante más de dos décadas. Esta expansión marca un hito para la empresa, que busca mantener su liderazgo en la industria mientras crea valor sostenible para sus accionistas.
Los últimos resultados financieros de Barrick Gold reflejan esta tendencia positiva; las ganancias netas se dispararon un 25% en el segundo trimestre, con un margen EBITDA atribuible que alcanzó el 48%. Con flujos de caja operativos que superan el mil millones de dólares y un aumento significativo en el flujo de efectivo libre, la compañía está bien posicionada para mantener su rumbo optimista. El presidente y CEO, Mark Bristow, reafirma su compromiso de alcanzar las metas establecidas para 2024 mientras continúa potenciando la creación de valor y el crecimiento en la empresa.
La proyección para el sector del cobre también es prometedora. Con dos proyectos destacados, Barrick se enfocará en satisfacer la creciente demanda global. En Zambia, la ampliación de Lumwana llevará la producción de 130,000 a 240,000 toneladas al año. Mientras tanto, el proyecto Reko Diq en Pakistán apunta a 400,000 toneladas de cobre y 500,000 onzas de oro anuales. Bristow enfatiza que los sólidos flujos de efectivo de las operaciones actuales financiarán estos desarrollos, garantizando el crecimiento y la entrega de dividendos a los inversionistas, a la vez que se reemplazan las reservas agotadas de manera orgánica.
No obstante, Barrick Gold también está a la vanguardia de la sostenibilidad con el lanzamiento de una herramienta innovadora de evaluación de la biodiversidad, la primera de su tipo en la industria. Esta herramienta, desarrollada en colaboración con expertos y comunidades locales, permitirá a la empresa cuantificar los impactos en la biodiversidad y orientar acciones específicas para mejorar sus iniciativas de conservación. Bristow subraya la importancia de este enfoque, que busca no solo mitigar los impactos negativos de las operaciones mineras, sino también generar un impacto positivo en el entorno natural, marcando así un cambio significativo en la forma en que se aborda la minería moderna.