En una montaña rusa de fluctuaciones, el precio del cobre ve una leve caída del 0.1%, situándose en 10,878.50 dólares por tonelada métrica, aunque el contrato mantiene un sólido crecimiento del 27% en lo que va del año. En un escenario donde la demanda real se muestra moderada, los inversores sopesan la sostenibilidad de esta tendencia de precios.
El metal rojo, fundamental en industrias como la energía y la construcción, alcanzó un récord de 11,104.50 dólares el día anterior, propulsado por la cobertura de posiciones cortas que ha intrigado a especuladores y fondos, llevándolos a considerar una posible escasez a largo plazo en la transición hacia energías más verdes.
A pesar de este optimismo especulativo, Warren Patterson, Jefe de Estrategia de Materias Primas en ING, advierte que los precios del cobre están divergiendo considerablemente de los fundamentos a corto plazo. Aunque resulta difícil prever un tope en el mercado actual, la reciente escalada podría no ser sostenible en opinión de Patterson.
En medio de este escenario incierto, China, líder en consumo de metales, muestra una demanda débil, con inventarios de cobre en niveles máximos estacionales en los almacenes de la Bolsa de Futuros de Shanghái. Mientras tanto, el cobre refinado chino sigue en aumento a pesar de los bajos gastos de tratamiento, lo que plantea interrogantes sobre la verdadera fortaleza del mercado global de cobre en el futuro cercano.