La industria del aluminio, uno de los mayores emisores de gases de efecto invernadero del sector de los metales, está luchando por adoptar estándares comunes sobre procesamiento más ecológico, ya que sus rivales se enfocan en promover sus propios productos en lugar del mercado verde más amplio.
Múltiples iniciativas buscan establecer puntos de referencia de bajas emisiones de carbono mientras los rivales luchan por la participación de mercado en un sector agobiado por grandes superávits.
El aluminio, que requiere una gran cantidad de energía para fundirse, es uno de los metales más intensivos en carbono, y emite un promedio de 16,5 toneladas de CO 2 por tonelada de producción. Por el contrario, el procesamiento del acero, si bien es un contaminante mucho mayor en general, emite solo 2,3 toneladas por tonelada.
La mayoría de los grandes grupos de aluminio han lanzado productos con menor huella de carbono, principalmente utilizando energía hidroeléctrica, pero cada uno usa estándares diferentes.
La consultora británica Carbon Trust propuso en junio un conjunto de directrices para etiquetar el aluminio como bajo en carbono si su producción emite 4 toneladas o menos de CO2 por tonelada de metal, alrededor del 20% de la producción mundial.
Sin embargo, las propuestas se han estancado, en parte porque la investigación fue financiada por la rusa EN +, propietaria del gigante del aluminio Rusal. Otros productores se muestran reacios a adoptar propuestas financiadas por un rival.
“Existe la sugerencia de que se está utilizando como parte de una campaña para crear un punto de referencia para sus productos”, dijo una fuente de la industria del aluminio.
Carbon Trust dijo que si bien el informe fue financiado con el apoyo de EN +, los contenidos son sus propias opiniones independientes.
En otros lugares, la Iniciativa de administración de aluminio certifica las operaciones como sostenibles utilizando criterios que incluyen transparencia con respecto a los gases de efecto invernadero.
La consultora estadounidense Harbour Aluminium, que en octubre pasado lanzó una evaluación de la prima de aluminio verde, planea lanzar una consulta informal sobre etiquetado estándar, dijo a Reuters su director gerente.
Pero la prima de Harbour se ha estancado en cero desde su lanzamiento, agregó, ya que los compradores se resisten a pagar más por un material más ecológico a pesar de la presión para abordar las emisiones en todas sus cadenas de suministro.