Las últimas semanas el mundo de la minería en Chile han tenido varias noticias. La primera de ellas, relacionada con el precio del metal rojo, el cual se encumbró por encima de los 4 dólares, valor no alcanzado desde el año 2011. Por otro lado, The Frazer Institute, una ONG canadiense, señaló en su informe del año 2020 sobre el estado de la minería en el mundo que Chile había caído al lugar 30 en cuanto al índice de atractivo para la inversión.
Las otras noticias tienen relación con la carta del diputado Giorgio Jackson, quien, motivado por el alza del precio del cobre, planteó la necesidad de “mostrar la voluntad política para captar esas rentas”, refiriéndose a los tributos que paga la minería en Chile. Pocos días antes, el ex ministro de medio ambiente Marcelo Mena planteaba que uno de los ejes de una campaña presidencial estaría asociado a la transformación que permitirá al hidrógeno verde “reemplazar el porcentaje de la contribución al PIB de la minería”.
Ambas noticias de la vertiente política tienen refleja el poco conocimiento que tienen algunos actores públicos en Chile respecto de la minería, el impacto de ésta sobre la economía de país y la forma como funciona desde el punto de vista de la competencia por proveer minerales al mundo de manera eficiente.
Algunos antecedentes que muestran la encrucijada en la cual el país se verá en los próximos años: Somos el país con las mayores reservas de cobre reconocidas, con un 23% del total (200 millones de toneladas), seguidos por Perú y Australia, cada uno con un 10% y además, producimos casi el 30% del cobre que requiere el mundo, seguidos de lejos por Perú con un 12% y China con un 8%. Efectivamente, la posición del país en la encuesta del Frazer Institute ha caído gradualmente desde el número uno el año 2002 al número tres el 2009, para llegar hoy a la posición treinta. ¿Cuál puede ser la explicación de esta pérdida de competitividad del país, en temas técnicos distintos a los de las percepciones políticas?
Las leyes de las minas en operación en Chile desde el año 2002 al 2014 -que se refiere al grado de concentración del metal- cayeron desde un 1% a un 0,7%. O sea, la variable más importante del negocio ha caído un 30%. Conforme a Cochilco, respecto de las leyes de cobre en las reservas ocupamos el lugar número siete, atrás de China, Australia y Rusia, por mencionar algunos. Consistente con lo anterior, de acuerdo a las cifras del Consejo Minero, en el año 1992 un 21% de la producción del cobre mundial tenía una mejor ley de mineral que lo explotado en el país, lo que en el año 2010 había subido a un 35%. El año 2020 ya un 43% de la producción de cobre fuera de Chile tiene mejores leyes de cobre que las nuestras. En otras palabras, la caída de las leyes de cobre de las minas en operación en Chile ocurre a una velocidad más alta que en el resto del mundo.
La posición competitiva de los países productores está cambiando constantemente. Es así como, por ejemplo, en el año 2015 la United State Geology Survey informó sobre el posible descubrimiento de más de 180 millones de toneladas de mineral de cobre en una franja de países que comprende a Turquía, Georgia, Armenia y otros países más; ninguno de ellos todavía en el mapa de los principales productores de cobre del mundo.
Codelco en el mundo es el principal productor, con una participación cercana a un 10%, seguido de cerca por Freeport McMoran con un 8% y BHP Billiton con un 6%, ambas presentes en Chile. A la fuerte competencia que está sometida Codelco con otras empresas mineras por ser más eficiente se une la necesidad que tiene de generar recursos para el Estado. La noticia de un alto precio del cobre desde el punto de vista de la recaudación para el fisco es muy buena, pero no considerando el alto nivel de deuda que Codelco arrastra, cuando muestra una relación Deuda total/Ebitda de más de 8, cuando Freeport McMoran y BHP tienen 4 y 1 respectivamente. Dada la caída de las leyes de los yacimientos en explotación, la única forma que tienen las empresas de mantener la competitividad es a través de nuevas inversiones, para las cuales el alto nivel de endeudamiento de Codelco es una dificultad importante.
Hay que agregar que el principal comprador del metal rojo de Chile es China, quien ya se ha encumbrado como el tercer productor de cobre más importante del mundo. Una parte importante del cobre Chile lo exporta como concentrado, no siendo este un commodity con un precio de referencia, como es el caso del cobre refinado, sino que está sujeto a descuentos en función de las impurezas que contiene. Esta situación sin lugar a dudas impone una condición de riesgo para nuestra posición competitiva actual y futura.
Si bien la industria minera en Chile tiene potencial, estamos en una competencia con muchos otros países en el mundo y nuestro futuro dependerá de cómo el país defina una política que nos permita reposicionarnos en el concierto mundial. En esto, todavía tenemos muchas tareas pendientes por delante todos los actores de la sociedad.
Crédito: Enlace fuente