Los depósitos de pórfido de cobre son producidos en gran medida por mecanismos similares a los que causan grandes erupciones volcánicas, según ha descubierto una nueva investigación de la Universidad de Ginebra.
en un papel publicado en la revista Comunicaciones Tierra y Medio Ambientelos científicos detrás del descubrimiento dicen que en un momento en que los recursos de cobre están disminuyendo, su hallazgo abre nuevas vías para el desarrollo de herramientas para encontrar nuevos depósitos.
Para llegar a su conclusión, los expertos se basaron en datos y cifras proporcionados por empresas mineras y en los recopilados en campo y en laboratorio por numerosos investigadores, combinados con modelos petrológicos y geoquímicos.
Comprender cómo se forma el cobre
El cobre proviene de fluidos calientes, en su mayoría compuestos por agua, liberados por el enfriamiento de magmas. Estos magmas, que también son la base de las erupciones, provienen de la capa intermedia entre el núcleo y la corteza terrestre, conocida como manto, y luego suben a la superficie de la tierra donde forman una “cámara de magma”. Esta cámara se encuentra generalmente entre 5 kilómetros y 15 kilómetros de profundidad.
“Si el volumen y la velocidad de inyección de magma en este reservorio es muy grande, se puede emitir catastróficamente una gran cantidad de fluidos a la atmósfera con el magma durante una erupción volcánica”, dijo a los medios Massimo Chiaradia, primer autor del estudio. declaración.
Pero según Chiaradia, estos fluidos también pueden desarrollarse de forma más tranquila bajo la superficie terrestre y dar lugar a un depósito de pórfido de cobre a una profundidad que varía entre 1 kilómetro y 6 kilómetros.
Este fenómeno, sin embargo, es mucho menos frecuente, lo que explica en parte la rareza de los yacimientos de cobre.
“Se necesitan de decenas a cientos de miles de años para que se forme un depósito de cobre, mientras que las erupciones volcánicas son más frecuentes”, dijo Luca Caricchi, segundo autor del artículo.
“Una erupción fallida depende de la combinación de varios parámetros: la velocidad de inyección de magma, la velocidad de su enfriamiento y la rigidez de la corteza terrestre que rodea la cámara de magma”.
Estos últimos, en cambio, deben ser flexibles para absorber la presión que ejercen los nuevos magmas que llegan, de modo que no se produzca la erupción.
En opinión de Caricchi y Chiaradia, el descubrimiento de similitudes entre grandes erupciones y depósitos permitirá utilizar una gran cantidad de conocimientos adquiridos por los vulcanólogos para avanzar en la comprensión actual de la formación de depósitos de pórfidos.
“El siguiente paso será trabajar en un modelo que nos ayude a cuantificar el contenido total de cobre y, por lo tanto, la calidad de un yacimiento potencialmente explotable con la mayor precisión posible”, dijo Chiaradia.