Uno de los grandes temas en lo relativo al desarrollo regional, que se quedó en el tintero por causa de la gran crisis de confinamiento y de salud pública de la pandemia del coronavirus, fue el proyecto de litio en Sonora.
A finales de 2019 aparece en la prensa nacional la noticia de que en el Estado de Sonora se encuentra uno de los yacimientos de litio más grandes del mundo, lo que aumenta la posibilidad de que el país pueda ser un actor principal en el sector energético de la economía mundial del futuro.
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Según el ranking hecho por Mining Technology en 2020, México encabeza la lista del yacimiento de litio más grande del mundo. El reporte indica que la mina de litio ubicado en Sonora es el mayor depósito de ese elemento, con reservas probadas y probables de 243.8 millones de toneladas, seguida por Thacker Pass en Nevada, con reservas probadas de 179.1 millones de toneladas; en tercera posición aparece Wodigna en Australia con 151 millones de toneladas.
El litio es considerado por especialistas económicos y de transición tecnológica como el mineral del futuro; se le denomina el petróleo blanco del siglo XXI por ser un material clave para la transición energética hacia un mundo más sustentable. Este mineral, así como muchos otros, son la clave para el desarrollo y el avance tecnológicos de la civilización humana. No solamente se utiliza en baterías para autos eléctricos, sino que son fundamentales en la fabricación de computadoras y celulares. Asimismo, tiene diversas aplicaciones militares, lo que lo convierte en un elemento clave en la disputa geopolítica entre las potencias mundiales.
El principal uso del litio en México y en el mundo es en la manufactura de baterías, con el 39 por ciento; cerámica y vidrio, el 30 por ciento; grasas lubricantes, 8 por ciento; polvos fundentes de fundición en continuo y producción de polímeros, 5 por ciento; tratamiento del aire, 3 por ciento; y otros usos, el 10 por ciento.
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Actualmente en el país no se cuenta con ningún yacimiento de litio en explotación; no obstante, en los estados de Baja California, San Luis Potosí, Zacatecas y Sonora, se encuentran en etapa de exploración cuatro yacimientos que contienen ese mineral.
El proyecto
El proyecto del litio en Sonora inició en el 2020, en el municipio de Bacadéhuachi, y requerirá de una inversión de 420 millones de dólares para la construcción de su primera etapa. El proyecto se realizará en una extensión de cien mil hectáreas, en las que se construirá una planta que producirá 17 mil toneladas de litio al año, la cual se espera comience a operar en el segundo semestre del año 2022.
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La empresa británica de capital canadiense Bacanora Lithium anunció el inicio de la construcción de su planta de litio en Sonora, luego de que consiguió recaudar los recursos que le faltaban para financiar el proyecto extractivo que tiene en sociedad con la compañía china Ganfeng. Las expectativas para la empresa son grandes, ya que a mediados de octubre de 2020 Bacanora vendió sus participaciones en su segundo proyecto más importante, ubicado en Alemania, para concentrarse en el proyecto de México. La empresa británica Bacanora Lithium participa con 77.5% de las acciones, y la empresa china Ganfeng Lithium, con el otro 22.5 %. Es importante señalar que la empresa Ganfeng es la productora de litio más grande del mundo y la proveedora de Tesla, la empresa estadounidense de vehículos eléctricos.
Según su estudio de viabilidad de diciembre de 2017, el proyecto tiene considerado obtener 8.8 millones de toneladas de recursos equivalentes de carbonato de litio, con una vida útil aproximada de 250 años. Se trata de una mina a cielo abierto, que en la primera fase prevé producir al menos 17 mil toneladas de litio anuales, y en una siguiente etapa, que requeriría una nueva inversión de 350 millones de dólares, Sonora Litio se ha propuesto concretar una producción de carbonato de litio de 35 mil toneladas anuales.
La empresa Sonora Lithium es el holding operativo del proyecto, y posee el 100 por ciento de la concesión La Ventana, y el 70 por ciento de las concesiones de el Sauz-Fleur. Según la propuesta, al finalizar los primeros 19 años de vida útil, en los que se extraería la mayor cantidad del metal, Sonora Litio será la propietaria de la mitad de las participaciones de Bacanora y Ganfeng.
La operación minera para el Proyecto Sonora está planificada como un desarrollo a cielo abierto, utilizando una combinación de mineros continuos para extraer las zonas de mineral, y una flota de camiones / palas para eliminar el material de desecho. Las operaciones mineras se ampliarán con una flota auxiliar de topadoras, niveladoras y camiones cisterna.
Por otra parte, la empresa Bacanora lithium no ha sido inmune a los impactos de la pandemia covid-19, y su calendario para el proyecto se vio ligeramente afectado durante 2020; además, Sonora está saliendo de la segunda oleada de infecciones y se espera que para los meses de abril y mayo se presente una tercera ola que podría afectar al proyecto.
Escenario positivo
La explotación de ese mineral representa una dimensión positiva para el Estado, en sus fases de extracción, comercialización, aplicación y transferencia de tecnología; este último proceso va acorde a la transición tecnológica y el cambio hacia el uso de nuevas energías que se presenta a nivel global. El agotamiento de los combustibles fósiles y la gran contaminación que se genera a nivel mundial obliga a la búsqueda permanente de nuevas fuentes de energía limpias. Las opciones más difundidas de energías renovables, la eólica y la solar, además de que no permiten la generación continua, están sujetas a condiciones meteorológicas y no pueden generar almacenamiento de la energía.
A nivel mundial se hace referencia a las diversas aplicaciones del litio en la elaboración de bienes ligados a la alta tecnología, como son las computadoras, celulares, autos eléctricos, entre otros, bienes que en el futuro cercano incrementarán su producción; por ello la importancia de contar con yacimientos de ese mineral.
Bajo este contexto, el litio adopta un valor estratégico y su industrialización requiere de una tecnología innovadora con una gran inversión para la producción y exportación.
Visión pesimista
Sin embargo, es importante resaltar que la experiencia en la extracción de minerales en México por las grandes empresas nacionales y transnacionales, y particularmente en Sonora, no ha sido satisfactoria, ya que los procesos de extracción estuvieron acompañados por una serie de actividades que afectaron los derechos humanos y el medio ambiente en los lugares donde se encuentran ubicados dichas empresas. El modelo extractivista en México ha sido atroz, devastando el medio ambiente y la salud de las personas cercanos a los centros de extracción. En este punto es necesario recordar el derrame de químicos pesados por la gran minera del grupo México en 2014; fueron 40 millones de litros de sulfato de cobre acidulado derramados en los ríos Bacanuchi y Sonora. Este suceso marcó la vida de 23 mil personas que viven en siete municipios cercanos a esos ríos.
Una de las características del modelo extractivista clásico es el saqueo, despojo y sobreexplotación de los recursos arrancados a la naturaleza, sin consideración y respeto por su preservación, cuidado y reproducción sustentable y sostenible del medio ambiente y la vida humana. Además, no genera valor agregado en el territorio en el que se extraen los minerales, ya que éstos son enviados a los mercados internacionales.
Bajo este modelo el Estado “desaparece” y son las empresas las que determinan su renta y modo de extracción, sin importar los efectos que pueda tener su proceso extractivo en la región; de estas experiencias abundan ejemplos desde que se concesionaron millones de hectáreas por los gobiernos de Fox, Calderón y Peña Nieto, a la empresas nacionales y extranjeras.
En la próxima entrega se abordará la discusión de la soberanía energética del país, específicamente sobre la nacionalización del litio, como una pieza clave para lograr dicha soberanía.
Dr. Carlos Germán Palafox Moyers
Docente e investigador del Departamento de Economía de la Universidad de Sonora y presidente del Observatorio Ciudadano de Seguridad y Convivencia del Estado de Sonora.
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